Cresson promete preparar a Francia para el reto de 1993

La cuenta atrás para las próximas elecciones legislativas francesas comenzó simbólicamente ayer con el bautizo parlamentario de Edith Cresson. La nueva primera ministra afrontó con firmeza los nutridos abucheos que le dedicaron los diputados de la oposición. Cresson, que presentaba su programa de gobierno a la Asamblea Nacional, proclamó que su objetivo es preparar a Francia para el mercado único europeo de 1993. "Esta cita", dijo Cresson, "obliga a nuestro país a fortalecer su aparato industrial".

La lucha contra el paro -"el gran mal de nuestra sociedad"- y el racismo fueron las otras...

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La cuenta atrás para las próximas elecciones legislativas francesas comenzó simbólicamente ayer con el bautizo parlamentario de Edith Cresson. La nueva primera ministra afrontó con firmeza los nutridos abucheos que le dedicaron los diputados de la oposición. Cresson, que presentaba su programa de gobierno a la Asamblea Nacional, proclamó que su objetivo es preparar a Francia para el mercado único europeo de 1993. "Esta cita", dijo Cresson, "obliga a nuestro país a fortalecer su aparato industrial".

La lucha contra el paro -"el gran mal de nuestra sociedad"- y el racismo fueron las otras grandes tareas citadas por la jefa del Gobierno francés. Cresson, que también hizo un canto al europeismo y el ecologismo, reconoció, no obstante, que sus proyectos chocarán contra "la difícil situación económica" y "la necesidad de preservar los equilibrios financieros". Para tranquilidad de los medios financieros hizo un elogio del "franco fuerte", "la inflación controlada" y "el control del gasto público".Si Cresson no se dejó amilanar por la actitud hostil de una oposición que calienta motores ante la perspectiva de posibles elecciones legislativas anticipadas, evitó, en cambio, el riesgo de someter su programa y su Gabinete al voto de confianza de la Asamblea Nacional. Con 275 diputados, los socialistas no disponen de la mayoría absoluta en esta Cámara, situada en 289 escaños.

La oposición acogió con gran escepticismo la declaración de Cresson y anunció que no pensaba concederle ningún "periodo de gracia". La oposición se considera ya en periodo electoral. Está convencida de que Mitterrand disolverá el Parlamento.

Aunque Mitterrand no utilice la carta de las elecciones anticipadas y conceda cierta vida al actual Gobierno, Cresson va a tener que afrontar serios problemas en la Asamblea Nacional. Los centristas, una de las dos formaciones que venían salvando a Michel Rocard del voto de censura parlamentario, han anunciado que se pasan a la oposición.

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