Neil Kinnock exige elecciones tras la derrota 'tory' en uno de sus feudos

La derrota de los conservadores ante los laboristas en su segundo escaño mejor defendido de Gales ha sido interpretado por el líder de la oposición, Neil Kinnock, como un clamor ciudadano en favor de unas elecciones generales "para así librarse de este Gobierno". El primer ministro, John Major, ha tenido que repetir nuevamente su decepción ante un veredicto de las urnas, que ha atribuido a las malas artes laboristas, por estimar que la oposición ha engañado con su propaganda a los votantes, palabras estas que son extrañas al debate político británico y sintomaticas del tono en que va a librars...

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La derrota de los conservadores ante los laboristas en su segundo escaño mejor defendido de Gales ha sido interpretado por el líder de la oposición, Neil Kinnock, como un clamor ciudadano en favor de unas elecciones generales "para así librarse de este Gobierno". El primer ministro, John Major, ha tenido que repetir nuevamente su decepción ante un veredicto de las urnas, que ha atribuido a las malas artes laboristas, por estimar que la oposición ha engañado con su propaganda a los votantes, palabras estas que son extrañas al debate político británico y sintomaticas del tono en que va a librarse la próxima campaña electoral."La gente de Monmouth ha hablado por el Reino Unido", sentenció Kinnock al glosar el resultado de la elección parcial en esta circunscripción galesa, en la frontera con Inglaterra y socialmente representativa del pais.

Esta derrota parlamentaria conservadora, la quinta consecutiva y la segunda que sufre Major, se ha producido por un margen absoluto de votos no muy grande, algo más de 2.000, pero es notable porque los laboristas han venido desde muy atrás para hacerse con un escaño que llevaba varias legislaturas en manos conservadoras con una holgada mayoría de más de 9.000, la segunda mayor del principado.

Los laboristas centraron la campaña en torno a la reforma de la sanidad pública (NHS), con referencias subsidiarias a la educación y la situación económica, Major les ha acusado de incurrir en juego sucio al decir que el Gobierno piensa privatizar los servicios de provisión sanitaria, cuando, asegura, sólo está buscando medios más efectivos de gestión al autorizar a los hospitales a administrar sus propios recursos y librarles de la burocracia del NHS. El resultado electoral es fruto de una "mentira deliberada", según Major.

Este resultado demuestra que al Gobierno le queda mucho por hacer para vender al electorado sus reformas de la Sanidad y que la futura campaña para unas generales que han de convocarse antes del verano de 1992 va a ser de tina dureza desconocida.

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