El contador no miente
A todos los sufridos usuarios y recepto res-pagadores de los recibos de la CTNE quiero darles una pista sobre la posible forma de medir-cobrar los temidos pasos:Lugar: locutorio de la CTNE en la estación de Renfe de Málaga capital.
Día: 5 de mayo de 1991.
Hora: nueve de la noche, aproximadamente.
Hechos: tras tres intentos de llamar a tres teléfonos diferentes en Madrid, Santander y Bilbao (tratando de localizar a mi madre) no consigo más que línea muerta o que no me contesten (luego me entero de que no había nadie en ninguno de ellos); dejo la cabina y me di...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
A todos los sufridos usuarios y recepto res-pagadores de los recibos de la CTNE quiero darles una pista sobre la posible forma de medir-cobrar los temidos pasos:Lugar: locutorio de la CTNE en la estación de Renfe de Málaga capital.
Día: 5 de mayo de 1991.
Hora: nueve de la noche, aproximadamente.
Hechos: tras tres intentos de llamar a tres teléfonos diferentes en Madrid, Santander y Bilbao (tratando de localizar a mi madre) no consigo más que línea muerta o que no me contesten (luego me entero de que no había nadie en ninguno de ellos); dejo la cabina y me dispongo a abandonar el locutorio; la señorita encargada del mismo me increpa que (sic) le debo el importe de nueve pasos (¡¿?!); serán los que he dado caminando desde la cabina hasta la puerta, respondo; total, tras un ligero escarceo / aclaraciones (corroboradas por la persona que me acompaña y que no se movió de mi lado en mis intentos telefónicos), nos deja marchar (resignada, pero nada contenta).
Resumen: en esta ocasión puede uno demostrar in situ que los pasos saltan a antojo del diabólico aparato, aunque no se establezca comunicación, pero ya sabemos lo que pasa a posteriori si se hacen reclamaciones sobre recibos (en mi caso, abultadísimos, teniendo en cuenta que paso grandes temporadas fuera de mi domicilio, y días enteros sin descolgar siquiera el aparato); la respuesta es, más o menos: "El-contador-no-miente-ni-se-equivoca". Sin comentarios.- Enrique Rodríguez.