Recado a Hurd

La diplomacia española temió hasta casi el último momento que el ministro principal gibraltareño, Joe Bossano, intentase torpedear el viaje de Felipe González a Londres. La negativa de dos superpetroleros que fondeaban en la bahía de Cádiz a acatar la orden de expulsión de una patrullera de la Armada, alegando encontrarse en aguas británicas, contribuyó a avivar la preocupación y suscitó una gestión espanola con el Foreign Office para resolver el contencioso (véase EL PAÍS del 30 de abril).Paralelamente, el titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, pidió el 27 de abril, en Lux...

La diplomacia española temió hasta casi el último momento que el ministro principal gibraltareño, Joe Bossano, intentase torpedear el viaje de Felipe González a Londres. La negativa de dos superpetroleros que fondeaban en la bahía de Cádiz a acatar la orden de expulsión de una patrullera de la Armada, alegando encontrarse en aguas británicas, contribuyó a avivar la preocupación y suscitó una gestión espanola con el Foreign Office para resolver el contencioso (véase EL PAÍS del 30 de abril).Paralelamente, el titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, pidió el 27 de abril, en Luxemburgo, a su homólogo, Douglas Hurd, prudencia y firmeza por ambas partes ante eventuales iniciativas provocadoras de Bossano, tendentes a abortar la visita. "El mensaje fue comprendido", indicaron fuentes diplomáticas españolas.

Ninguno de los dos jefes de Gobierno, que se reunirán el martes en el 10 de Downing Street, residencia del primer ministro británico, desea abordar a fondo la cuestión gibraltareña, a la que sus ministros de Exteriores dedican, sin éxito, una reunión anual. Desde que fue instituida esta entrevista periódica la revindicación española sobre la Roca no ha progresado un ápice, aunque Londres sí colabora ahora a fondo en la represión del tráfico de drogas y del blanqueo del dinero generado por el narcotráfico que se ha afincado en el Peñon.