EE UU rompe en Madrid el consenso para la protección total de la Antártida

Las conversaciones que se desarrollan en Madrid dentro de la segunda sesión de la XI Reunión Consultiva Especial del Tratado Antártico, que parecian avanzar por el camino del consenso, se estancaron ayer. El grupo representado por EE UU y el Reino Unido y el grupo de los cuatro -Australia, Francia, Bélgica e Italia- no acercan sus posiciones en el capítulo más polémico: el referente a la futura explotación o no de los recursos minerales y petrolíferos de la Antártida.

En otras áreas importantes tampoco hay acuerdos. El representante de Estados Unidos, E. Curtis Bohlen, ha sido tajante a...

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Las conversaciones que se desarrollan en Madrid dentro de la segunda sesión de la XI Reunión Consultiva Especial del Tratado Antártico, que parecian avanzar por el camino del consenso, se estancaron ayer. El grupo representado por EE UU y el Reino Unido y el grupo de los cuatro -Australia, Francia, Bélgica e Italia- no acercan sus posiciones en el capítulo más polémico: el referente a la futura explotación o no de los recursos minerales y petrolíferos de la Antártida.

En otras áreas importantes tampoco hay acuerdos. El representante de Estados Unidos, E. Curtis Bohlen, ha sido tajante al manifestar a este periódico que "no seva a llegar a una acuerdo en Madrid sobre el apartado de la explotación mineral del continente antártico que está recogido en el artículo 6 del documento Andersen. Éste fue elaborado por un delegado noruego tras la primera sesión de esta conferencia, celebrada el pasado noviembre en Viña del Mar (Chile), y sirve de base para buscar un marco legal sobre la protección del continente blanco.Bohlen ha añadido que "la culpa del estancamiento no es sólo de EE UU, es de las dos posiciones enfrentadas, que no saben buscar una postura Intermedia a sus planteamientos. Nosotros apoyamos la prohibición de las explotaciones minerales en la Antártida por un periodo de 40 años, pero eso no es lo más significativo, sino cómo se actuaría después de ese plazo. En este punto es donde tenemos las divergencias".

Las conversaciones sobre otros puntos decisivos del documento Andersen, como son la posible creación de un comité asesor para la protección del medio ambiente antártico, así como sus funciones; el control de las actividades en las Antártida y quién va a ejercer ese control, o la denominación que se dará en el futuro al territorio antártico, son también motivo de polémica y de enfrentamiento entre los países consultivos del Tratado Antártico.

El presidente de la reunión de Madrid y de la delegación española, Carlos Blasco, dijo ayer con respecto a la posible creación de un comité que supervise las actividades en la Antártida: "El grupo de los cuatro pretende que ese comité sea no sólo consultivo sino también decisorio, pero EE UU y el Reino Unido desean que el poder decisorio siga estando en manos de los países consultivos". Blasco no descartaba que , para lograr un protocolo, tuviera que convocarse una conferencia especial.

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