Los líos juridicos de Navarrete
El diputado socialista Francisco Navarrete, quien ya se destacó hace años en la defensa exagerada de los ministros del Gobierno -entre ellos José Barrionuevo-, puso ayer en la Comisión de Justicia e Interior todo su interés en la iniciativa de autoprotección de los parlarnentarlos frente a las preguntas y repreguntas de los jueces. Los nervios le traicionaron y se metió en algunos líos jurídicos.A las alegaciones de la oposidión de que el privilegio puede contravenir el principio de igualdad que establece la Constitución, Navarrete argumentó que dentro de la propia Constitución hay en ese caso...
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El diputado socialista Francisco Navarrete, quien ya se destacó hace años en la defensa exagerada de los ministros del Gobierno -entre ellos José Barrionuevo-, puso ayer en la Comisión de Justicia e Interior todo su interés en la iniciativa de autoprotección de los parlarnentarlos frente a las preguntas y repreguntas de los jueces. Los nervios le traicionaron y se metió en algunos líos jurídicos.A las alegaciones de la oposidión de que el privilegio puede contravenir el principio de igualdad que establece la Constitución, Navarrete argumentó que dentro de la propia Constitución hay en ese caso contradicióri con la inmunidad parlamentaria, y sugirió: "Ahí existe tarea para que el Tribunal Constitucional vea qué artículo de la Constitución tiene que derogar".
Perplejidad
Emilio Olabarría, del Partido Nacionalista Vasco (PNV), perplejo, recordó que el alto tribunal no tiene facultades para anular artículos de la Constitución. Navarrete salió de] paso invocando una "doctrina alemana sobre la inconstitucionalidad constitucional". Hubo risas.
Cuando Navarrete vinculó el privilegio eclesiástico con los conveníos Estado-confesiones, habló de las relaciones del Estado con la Iglesia, "a pesar del principio de separación de poderes". Devaluó el futuro precepto denominándole "cortesía procesa" o complemento circunstancial". A la diputada Cristina Almelda la llamó Alberdi y se refirió al Diccionario de la Academia con las palabras: "Real Diecionario". Contestó a un diputado diciendo que su argumento era ad personam "porque proviene de una persona". Los diputados de la comisión fueron comprensivos con el lógico nerviosismo del diputado socialista.