La URSS y China allanan sus diferencias fronterizas

El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Alexander Besmértnij, finalizó ayer una visita de dos días a China en un paso más de aproximación entre los dos Estados desde que hace casi dos años los gigantescos vecinos se reconciliaran. Besmértnij declaró antes de abandonar Pekín que las conversaciones sobre la extensa y disputada frontera entre ambas naciones estaban casi completadas, y que se podía alcanzar un acuerdo en breve."Hemos hecho grandes progresos en las cuestiones fronterizas, y creo que hemos llegado a acuerdos sobre un 80% de los límites", dijo el ministro soviético a los periodi...

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El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Alexander Besmértnij, finalizó ayer una visita de dos días a China en un paso más de aproximación entre los dos Estados desde que hace casi dos años los gigantescos vecinos se reconciliaran. Besmértnij declaró antes de abandonar Pekín que las conversaciones sobre la extensa y disputada frontera entre ambas naciones estaban casi completadas, y que se podía alcanzar un acuerdo en breve."Hemos hecho grandes progresos en las cuestiones fronterizas, y creo que hemos llegado a acuerdos sobre un 80% de los límites", dijo el ministro soviético a los periodistas. Tras corregirle un ayudante, el ministro añadió: "Un 90%, sí hemos alcanzado acuerdos sobre un 90%". Besmértnij habló ante la prensa en el aeropuerto, poco antes de abandonar Pekín rumbo a la URSS, donde dijo además que sólo faltaba alcanzar un acuerdo sobre ocho tramos de los casi 7.000 kilómetros de frontera.

El ministro soviético, pese a evitar comprometerse con una fecha específica, dijo que ambas partes intentarían poner fin a sus negociaciones antes de que el secretario general del Partido Co. munista de China, Jiang Zemin, viaje a Moscú a mediados de mayo, en la primer visita a la URSS por parte de un, dirigente de Pekín desde que el extinto líder Mao Ze Dong visitara Moscú en 1957. Besmértnij, qui en se entrevistó con su colega chino, Quian Qui Chen, y con el primer ministro, Li Peng, explico que poner punto final al acuerdo es ahora "más una cuestión técnica que política".

Las dos potencias comunistas mantuvieron graves enfrentamientos armados en la frontera durante la década de los sesenta, cuando estuvieron al borde de una guerra. Tres décadas de enemistad alimentada por disputas ideológicas y de política exterior acabaron en 1989 cuando el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, visitó Pekín.

China, preocupada por la crisis política y la inestabilidad económica de la URSS, ofreció a Moscú el mes pasado un crédito para la adquisición de alimentos y materias primas por valor de 73.000 millones de pesetas.

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