"Los próximos días serán decisivos"

H. T. ENVIADO ESPECIAL "Los dos próximos días serán decisivos", declaró Gramoz Pashko, vicepresidente del Partido Democrático. Pashko teme, como muchos dirigentes de la oposición y observadores, que el aparato comunista no acepte una derrota en caso de producirse y recurra a la fuerza. "Ellos comenzarán a ver que han perdido ya poco después del cierre de los colegios. Desde ese momento hasta que se hagan públicos los resultados estaremos en una fase muy peligrosa", declaró.

"Ramiz Alia prometió que el Partido del Trabajo aceptará la derrota como cualquier partido en una democracia. Per...

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H. T. ENVIADO ESPECIAL "Los dos próximos días serán decisivos", declaró Gramoz Pashko, vicepresidente del Partido Democrático. Pashko teme, como muchos dirigentes de la oposición y observadores, que el aparato comunista no acepte una derrota en caso de producirse y recurra a la fuerza. "Ellos comenzarán a ver que han perdido ya poco después del cierre de los colegios. Desde ese momento hasta que se hagan públicos los resultados estaremos en una fase muy peligrosa", declaró.

"Ramiz Alia prometió que el Partido del Trabajo aceptará la derrota como cualquier partido en una democracia. Pero Alia ha demostrado ser un mentiroso y no nos fiamos", dice Maltin, un joven estudiante de medicina y miembro del movimiento democrático que impuso al régimen las elecciones y la legalización de los partidos.

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La estatua del dictador aún está firme en su pedestal dentro de la academia militar de Tirana, frente a la cual murieron cinco personas por disparos de la policía el pasado dia 22 de febrero, cuando una manifestación exigía que esta estatua fuera derribada, como lo había sido la que dominaba la plaza central de la ciudad.

La oposición ha dejado claro que se echará a la calle si el PTA no acepta su derrota de producirse. Como sucedió en otros paises balcánicos, la oposición está posiblemente en exceso confiada en su fuerza de convicción e infravalora el poder que aún ostenta el aparato comunista. Aceptó concurrir a unas elecciones en las que la televisión no les ha otorgado un solo minuto de información electoral propia, en un país en el que hasta ahora "nos enterábamos por la televisión de lo que debíamos pensar", como dice el joven Adrian en Shkodra.

Un disenso en público con las teorías "de la televisión" podía saldarse con condenas de hasta siete o diez años de prisión. La joven e ingenua oposición albanesa puede haber caído en una trampa que no sacará al aparato comunista del proceso de disolución en que se halla, pero que puede traer jornadas turbulentas para este pequeño país.

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