Piden que se juzgue a un profesor francés ex comisario político en Vietnam

A punto de jubilarse, a Georges Boudarel el pasado le acaba de estallar entre las manos. Desde hace unas semanas, este veterano comunista y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad París VII-Jussieu es puesto cotidianamente en la picota por su trabajo de comisario político en un campo de concentración vietnamita en los años cincuenta. Sus víctimas piden que sea juzgado por crímenes contra la humanidad.Los hechos están probados; el propio Boudarel no los niega. El debate se ciñe a la oportunidad o no de aplicar a las aberraciones cometidas en nombre del comunismo el mismo rasero que...

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A punto de jubilarse, a Georges Boudarel el pasado le acaba de estallar entre las manos. Desde hace unas semanas, este veterano comunista y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad París VII-Jussieu es puesto cotidianamente en la picota por su trabajo de comisario político en un campo de concentración vietnamita en los años cincuenta. Sus víctimas piden que sea juzgado por crímenes contra la humanidad.Los hechos están probados; el propio Boudarel no los niega. El debate se ciñe a la oportunidad o no de aplicar a las aberraciones cometidas en nombre del comunismo el mismo rasero que a las del fascismo.

El caso Boudarel comenzó a finales del mes pasado. En el transcurso de un debate sobre Indochina organizado en el Senado, Jean-Jacques Beucler, un ex oficial francés capturado por el Vietminh en los años cincuenta, acusó a Boudarel de haber sido el comisario político del campo de prisioneros 113, también llamado Dai Dong (Fraternidad Universal).

En la primera mitad de los años cincuenta, Boudarel tenía veintipocos años y servía en el Ejército francés que luchaba en Indochína contra la insurrección independentista guiada por Ho Chi Minh. Militante comunista y anticolonialista, Boudarel desertó y se pasó al bando de Ho Chi Minh. Sus camaradas vietnamitas le adjudicaron la tarea de "reeducar ideológicamente" a los prisioneros franceses.

Según el testimonio de Beucler, corroborado por otros supervivientes, el ahora profesor les torturó mentalmente para conseguir que se adhirieran a las tesis de Ho Chi Minh. Las condiciones de vida en Dai Dong eran espantosas; la mortalidad, superior a la de algunos campos de exterminio nazis. Tres cuartas partes de los franceses allí concentrados nunca regresaron.

Boudarel afirma que actuó conforme a sus convicciones políticas. "Mi misión", dice, "era convencer a los prisioneros franceses de la justicia de la causa anticolonialista vietnamita". El profesor añade que su fe en el marxismo-leninismo se ha enfriado mucho y concluye: "Tengo muchos remordimientos".

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