Adiós a la 'rubia'

Las nuevas monedas, que ya han sido distribuidas en cinco provincias, circularán junto a las viejas hasta 1995

En los bolsillos de los murcianos, sevillanos, malagueños, barceloneses y gerundenses se mezclan desde el pasado mes de octubre las nuevas piezas de 1, 5, 25, 50 y 200 pesetas con las viejas, convivencia que se prolongará hasta 1995. Telefónica, los fabricantes de máquinas tragaperras y expendedoras -de tabaco, bebidas o alimentos-, las empresas concesionarias de autopistas y las de transporte público de viajeros de las provincias piloto adaptan paulatinamente sus sofisticados artiluglos a los nuevos tamaños y aleaciones.

La Casa de la Moneda ha distribuido ya en esas cinco provinci...

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En los bolsillos de los murcianos, sevillanos, malagueños, barceloneses y gerundenses se mezclan desde el pasado mes de octubre las nuevas piezas de 1, 5, 25, 50 y 200 pesetas con las viejas, convivencia que se prolongará hasta 1995. Telefónica, los fabricantes de máquinas tragaperras y expendedoras -de tabaco, bebidas o alimentos-, las empresas concesionarias de autopistas y las de transporte público de viajeros de las provincias piloto adaptan paulatinamente sus sofisticados artiluglos a los nuevos tamaños y aleaciones.

La Casa de la Moneda ha distribuido ya en esas cinco provincias 105 millones de monedas, cerca de un 15% de la emisión prevista, y ha retirado de la circulación 79 millones. La decisión de que sean precisamente los habitantes de esas provincias los elegidos para empezar a utilizar las diminutas piezas -por ejemplo, la nueva peseta, blanca de aluminio, tiene un diámetro de sólo 14 milímetros y la moneda de 5 pesetas, de 17,5 milímetros- fue tomada por la Casa de la Moneda, después de llegar a un acuerdo con Telefónica sobre el calendario de implantación en toda España, que consta de seis fases.La segunda fase prevé que a lo largo de este año las nuevas monedas sean puestas en circulación en Madrid, Baleares, Valencia, Alicante y Las Palmas, mientras que es sólo probable que se distribuyan en Tenerife, Castellón, Cádiz, Huelva, Cantabria y Tarragona.

Las tres fases siguientes, que se prolongarán hasta 1995, completarán el canje en toda España, Durante este tiempo, las máquinas que ofrecen servicios a cambio de depositar monedas en su interior deberán ser transformadas con el fin de que puedan aceptar y reconocer las nuevas,

Telefónica ha aprovechado incluso la implantación del nuevo sistema monetario para sustituir todos los teléfonos públicos del país por aparatos modulares. El tiempo previsto para ello es de cuatro años -el reemplazo finalizará en 1993- y el número de teléfonos nuevos instalados 48.000, cifra que supera en 10.000 los existentes en la actualidad. Telefónica invertirá en ello 22.000 millones de pesetas.

El teléfono modular no sólo admite las nuevas monedas. También funciona con las denominadas por Telefónica tarjetas prepago, muy extendidas en otros países europeos. Estas tarjetas se expenden en los estancos y las oficinas de Correos de las localidades donde ya están instalados los teléfonos modulares. Su precio es de 1.000 o 2.000 pesetas, según la modalidad elegida, y se agotan una vez el usuario ha efectuado llamadas por un importe equivalente al del bono.

Tragaperras

Las empresas que fabrican y explotan máquinas tragaperras, que obtuvieron en 1989 unos ingresos de 348.000 millones de pesetas, también se preocupan por adaptarse a la nueva situación. Por ejemplo, las máquinas recreativas de Cirsa, sociedad nacida en Terrassa (Barcelona) hace 14 años, salen ya de fábrica con el monedero preparado para recibir tanto las monedas nuevas como las viejas, según ha explicado el responsable de Investigación y Desarrollo de la empresa, Ramón Pericas.En cuanto a las tragaperras que ya están en explotación, Cirsa sólo ha acondicionado de momento un 5% de ellas en las cinco provincias en las que se han empezado a distribuir las nuevas piezas. El coste de adecuación de las tragaperras con circuito electrónico es de 20.000 pesetas por unidad, según Ramón Pericas, quien especifica que el ajuste en las pocas máquinas mecánicas que todavía quedan resulta más caro -entre 30.000 y 40.000 pesetas- "porque hay que cambiar el monedero mecánico por uno eléctrico". Las expendedoras de billetes del metro de Barcelona, situadas ya en cinco estaciones,aceptan las nuevas monedas desde el pasado octubre.

Otro tipo de máquinas que funcionan con monedas son las situadas en los peajes de las autopistas. Éstas tienen dos particularidades: las monedas son depositadas a la vez y la transacción tiene que ser muy rápida con el Fin de aligerar el tráfico. Las máquinas de los peajes de las autopistas A-17 y A-19 aceptan las nuevas monedas de cinco pesetas desde su aparición y el resto de piezas podrán utilizarse a partir del próximo verano, según un portavoz de Acesa, empresa concesionaria de ambas vías.

"Lo primero que hacemos cuando la Casa de la Moneda nos informa de que va a lanzar nuevas piezas es preparar las máquinas para que las reciban", explica Enrie Real, responsable técnico en Barcelona de la empresa Servicio de Venta Automático (S. V. A.), del grupo Tabacalera, que tiene instaladas en toda España máquinas expendedoras de tabaco, bebidas calientes y productos alimenticios. "Tenerlos monederos al día es indispensable para no perder ni un solo cliente", añade.

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