EL FUTURO DE LA URSS

El conflicto étnico marca la votación en Moldavia

Activistas nacionalistas bloquearon los colegios electorales en la capital de la república

Los colegios electorales continuaron ayer bloqueados por los activistas nacionalistas en la capital de Moldavia, Kishiniov. Los incidentes estallaban a cada momento, unos grandes y otros pequeños. El más importante ocurrió en la empresa Vibropribor, donde los independentistas destruyeron las urnas y se llevaron la documentación de la votación. Después de esto, la policía clausuró el local. Numerosos choques de poca envergadura se produjeron frente al cuartel de paracaidistas, donde el sábado los soldados rompieron las cámaras de dos periodistas y arremetieron contra los moldavos que protestaba...

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Los colegios electorales continuaron ayer bloqueados por los activistas nacionalistas en la capital de Moldavia, Kishiniov. Los incidentes estallaban a cada momento, unos grandes y otros pequeños. El más importante ocurrió en la empresa Vibropribor, donde los independentistas destruyeron las urnas y se llevaron la documentación de la votación. Después de esto, la policía clausuró el local. Numerosos choques de poca envergadura se produjeron frente al cuartel de paracaidistas, donde el sábado los soldados rompieron las cámaras de dos periodistas y arremetieron contra los moldavos que protestaban contra la ocupación del Ejército soviético.

Las fuerzas especiales del Ministerio del Interior (OMON) desempeñaron un papel conciliador en este incidente y se interpusieron entre los soldados y los manifestantes para impedir una nueva tragedia. El enviado de EL PAÍS fue testigo de cómo la policía moldava, que simpatiza con los independentistas, arrastraba a una mujer y la metía a empujones en un jeep en el que iban agentes de paisano. Cuando un grupo de hombres rodeó el vehículo, un policía arremetió a porrazos contra los rusoparlantes. "Provocadores, eso es lo que son". Tal fue la expresión del guardián del orden público que, además de la porra, tenía un casco con visera y un chaleco antibalas.Por otra parte, el entendimiento de la República Socialista Soviética moldava del Dniester con los dirigentes de Moldavia no es posible y, por ello, los rusoparlantes del Dniester se aprestan a dejar de pagar las cuotas al presupuesto moldavo y disponer de los ingresos que dan las numerosas industrias que hay en su territorio.

Igor Smernov, presidente de esta república autoproclamada por la mayoría eslava de la orilla izquierda del río Dniester, no concibe que este territorio pueda dejar de pertenecer a la URSS, y asegura ser más democrático que los dirigentes independentistas que gobiernan en Kishiniov.

Alfabeto ruso

A una hora de coche de esta ciudad, rumbo al Este, se encuentra Tiraspol, al otro lado del gran puente que se alza sobre el Dnilester. Tiraspol es la capital de la más joven república del territorio moldavo. Sin embargo, cuando uno llega a las calles de esta ciudad, de 200.000 habitantes, comprende que ha regresado a la URSS: desaparecen las palabras escritas en alfabeto latino y de raíz latina que uno ve a cada paso en Kishiniov para encontrar de nuevo por doquier las letras cirílicas del alfabeto ruso.

También la organización del referéndum recuerda las elecciones que se hacen en las ciudades netamente rusas: música en las calles -en su mayoría briosas marchas militares-, transmitida a través de altavoces que cuelgan de las farolas cada 50 metros, y colegios electorales donde funcionan cafeterías que tienen mejor surtido que el del hotel National de Kishiniov, el mejor de la capital moldava.

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A las tres de la tarde, hora local, que coincide con la de Moscú, pero no con la de Kishiniov, había votado un 70% de los tiraspolenses, y un cuadro similar se registraba en las otras ciudades de la República del Dniester. "¿Que cómo está la situación en la ciudad?". "Música, cafeterías, bailes, como en los buenos tiempos del inmovilismo. ¿Se acuerda usted?", contesta por teléfono, medio en serio medio en broma, el presidente Smernov al funcionario que desde Moscú se interesa por saber cómo transcurre el plebiscito.

El conflicto que enfrenta a Tiraspol y Kishiniov se debe a que el Parlamento moldavo "empezó a resolver los intereses de una nación a costa de los intereses de otra nación", asegura Smernov, que recibe al enviado de este periódico en su despacho de la Casa de los Sóviets, una mansión custodiada por robustos muchachos de uniforme que imita al de los paracaidistas.

Sin embargo, se trata de las fuerzas que han organizado las empresas y que no tienen nada que ver con la policía local. Ésta se subordina al Ministerio del Interior de Moldavia y guarda neutralidad en Tiraspol, a diferencia de Kishiniov, donde está claramente de parte de los independentistas.

Bases jurídicas

Las bases jurídicas de la República del Dniester, proclamada en otoño del año pasado, son claras para Smernov. Como el Parlamento moldavo, en verano de 1990, aprobó una resolución que declaraba ilegal el ingreso de Moldavia en la URSS y lo calificaba de anexión, los territorios que antes de 1940 estaban en la URSS y formaban una república autónoma perteneciente a Ucrania tienen derecho hoy a restablecer su autonomía.

Y es en los límites de esta república (con algunas pérdidas territoriales pequeñas), que existió entre 1924 y 1940, en donde ahora se ha restablecido la República moldava del Dniester.

Aunque esta república tiene sólo 750.000 habitantes, controla el 33% de la industria de Moldavia y casi completamente sectores como la metalurgia y la energía eléctrica. Además, las comunicaciones vitales, como los gaseoductos o vías férreas, pasan por su territorio. Por eso, el presidente Smernov se siente tranquilo por el futuro de su nueva República, y ha decidido dejar de pagar las cuotas al presupuesto republicano.

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