Cartas al director

Indigestión

Compro el periódico, 10 o 12 páginas hablando de ese lugar, que para mi madre tiene el mismo nombre que yo cuando llego tarde a casa y sin un duro. Conecto la radio y se oye a un personaje hablar, creo que de una novela de Blas de Otero.Pongo la televisión a la hora del telediario, ¡no como ni el postre! ¡Que sí, que ya estamos hartos de vosotros!; de ti, el señor del bigote que siempre viste de militar; de ese otro viejo con arrugas en las arrugas, trajeado y con una sonrisa que refleja su poca inteligencia. ¡Que ya estamos hartos de tu valor, de tu locura, de tu aire gallardo para decir aquí...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Compro el periódico, 10 o 12 páginas hablando de ese lugar, que para mi madre tiene el mismo nombre que yo cuando llego tarde a casa y sin un duro. Conecto la radio y se oye a un personaje hablar, creo que de una novela de Blas de Otero.Pongo la televisión a la hora del telediario, ¡no como ni el postre! ¡Que sí, que ya estamos hartos de vosotros!; de ti, el señor del bigote que siempre viste de militar; de ese otro viejo con arrugas en las arrugas, trajeado y con una sonrisa que refleja su poca inteligencia. ¡Que ya estamos hartos de tu valor, de tu locura, de tu aire gallardo para decir aquí estoy y de aquí no me muevo!; ya estamos hartos de que nos mostréis vuestros hermosos y potentes aparatos construidos para quitar de comer a muchos y saciar a unos pocos.

Más información

¡Que yya os vale, hombre, que ya os vale!-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En