Cartas al director

Historia de la objeción

En relación con el reportaje referente al libro aparecido en la página 24 de EL PAÍS del pasado 18 de enero, la Associació d'Objectors de Consciéncia (AOC) desea manifestar su estupor y extrafieza por los numerosos errores que dicho libro contiene.En primer lugar, la obra comentada, que en su contraportada se presenta como "el libro que nunca nadie se atrevió a publicar en nuestro país", no es mas que la suma de la legislación vigente sobre servicio militar y objeción de conciencia, que el lector potencial puede encontrar fácilmente en cualquier colección de textos jurídicos, a la que se a...

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En relación con el reportaje referente al libro aparecido en la página 24 de EL PAÍS del pasado 18 de enero, la Associació d'Objectors de Consciéncia (AOC) desea manifestar su estupor y extrafieza por los numerosos errores que dicho libro contiene.En primer lugar, la obra comentada, que en su contraportada se presenta como "el libro que nunca nadie se atrevió a publicar en nuestro país", no es mas que la suma de la legislación vigente sobre servicio militar y objeción de conciencia, que el lector potencial puede encontrar fácilmente en cualquier colección de textos jurídicos, a la que se añade una serie de datos extraídos, entre otras fuentes, del libro La objeción de conciencia, de Xavier Rius, obra publicada hace ya tres años, de la que se reproduce textualmente toda la Guía Práctica del objetor.

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A este plagio descarado, el autor añade la irresponsabilidad de no verificar los datos por él reproducidos, con lo cual encontramos que con el paso del tiempo numerosos elementos están desfasados. Así, las dos direcciones de nuestra asociación ya no son válidas. Lo mismo ocurre con el servicio de información de actividades juveniles (SIPAJ) o incluso, lo que es más grave, el de la propia Oficina para la Prestación Social (OPSOC).

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A todo ello cabe añadir detalles de lo mas pintoresco, como atribuirle al MOC la presentación de un modelo de instancia para objetar en desuso desde hace más de dos años. Creíamos que a estas alturas todo el mundo estaba enterado de que el MOC ya no presenta instancia alguna, sino que recomienda la insumisión.

Entendemos que hubiera sido preferible que el autor se hubiera puesto en contacto no sólo con los diversos colectivos de objetores aludidos, así como con la Oficina para la Prestación social del Ministerio de Justicia, aunque sólo fuera para torrar nota correcta de los teléfonos y direcciones.- de la Associació d'Objectors de Consciència.

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