Un púlpito para los integristas
F. S. Los militantes del movimiento integrista marroquí Yamaa Al Adl Wal Ihsan -Comunidad para la Justicia y la Caridad- convirtieron la manifestación de ayer en Rabat en un escenario de su capacidad de movilización y disciplina. Un espectáculo impresionante que se había vislumbrado en otras ocasiones, especialmente en junio, cuando se manifestaron también con la oposición en favor del pueblo palestino.
El jefe de esta organización integrista, evidentemente ¡legal, es Abdesalam Yasin, un pedagogo de 63 años de edad que se encuentra actualmente en arresto domiciliario en Salé, ciudad pró...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
F. S. Los militantes del movimiento integrista marroquí Yamaa Al Adl Wal Ihsan -Comunidad para la Justicia y la Caridad- convirtieron la manifestación de ayer en Rabat en un escenario de su capacidad de movilización y disciplina. Un espectáculo impresionante que se había vislumbrado en otras ocasiones, especialmente en junio, cuando se manifestaron también con la oposición en favor del pueblo palestino.
El jefe de esta organización integrista, evidentemente ¡legal, es Abdesalam Yasin, un pedagogo de 63 años de edad que se encuentra actualmente en arresto domiciliario en Salé, ciudad próxima a Rabat, donde el movimiento islamista cuenta con una fuerza considerable. Yasin fue juzgado en 1983 por un tribunal excepcional a causa de sus convicciones religiosopolíticas, mientras que una gran parte de sus militantes seguidores fueron condenados en 1984 por su presunta participación en la revuelta popular de aquel año.
La asociación de Yasin fue fundada hace 12 años y escogió la vía democrática y abierta, en contraposición de otros movimientos integristas. Sin embargo, a pesar de esta vocación democrática, la organización está aún prohibida. La pasada primavera, el Gobierno acarició la idea, nunca cumplida, de legalizar algunas de las organizaciones integristas más moderadas, entre ellas la Comunidad para la Justicia y la Caridad.
Esta operación de apertura formaba parte de un proyecto mucho más ambicioso de liberalización del país, que pensaba asumirse con ocasión de la celebración en París de la gran exposición publicitaria Le temps du Marroc. Pero el proyecto fracasó entre otras causas por la invasión de Kuwait y por la campaña francesa en favor de los derechos humanos en Marruecos.