Los nacionalistas estonios solicitan una entrevista con Mijaíl Gorbachov

El Parlamento de Estonia ha encargado a su presidente, Arnold Ruutel, que pida una cita con el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, para discutir la tensa situación creada en esta república báltica. Ayer comenzó en Tallin, la capital estonia, una huelga de los rusohablantes, que controlan mayoritariamente la industria local. La beligerancia promoscovita ha ocasionado nuevas preocupaciones en Estonia.

A la medida de fuerza se añade la preocupación que ha ocasionado en el Parlamento el llamamiento en la radio Nadezhda (Esperanza) de los rusoparlantes a formar destacamentos obreros con el fi...

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El Parlamento de Estonia ha encargado a su presidente, Arnold Ruutel, que pida una cita con el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, para discutir la tensa situación creada en esta república báltica. Ayer comenzó en Tallin, la capital estonia, una huelga de los rusohablantes, que controlan mayoritariamente la industria local. La beligerancia promoscovita ha ocasionado nuevas preocupaciones en Estonia.

A la medida de fuerza se añade la preocupación que ha ocasionado en el Parlamento el llamamiento en la radio Nadezhda (Esperanza) de los rusoparlantes a formar destacamentos obreros con el fin de dar "la última batalla". Según Tass, este llamamiento es una repuesta a la reunión realizada en el Departamento de Defensa y Guardafronteras por los estonios que sirvieron en las tropas soviéticas de paracadistas. El llamamiento se hizo después de que el presidente Ruutel fracasara en un intento de acuerdo con los líderes de Interdvizhenie, el movimiento de los rusos en Estonia. Además, los rusoparlantes han formado un comité semejante al Comité Nacional de Salvación (CSN) lituano.Tass informó que el Gobierno estonio quería formar sus propias unidades de paracaidistas, pero el Gobierno independentista desmintió oficialmente esta "desinformación" en una declaración de protesta y explicó que la reunión, que efectivamente se llevó a cabo el jueves, no estuvo consagrada a la formación de unidades propias, sino a buscar vías de contacto y comprensión con los paracaidistas soviéticos en caso de que éstos sean enviados a la república.

La huelga en Estonia abarca por el momento a 11 importantes fábricas de Tallin, pero se teme que pronto se extienda a otras ciudades, y sobre todo a la región noroeste, donde la mayoría de la población es rusa y donde se concentra la industria energética de la república. Previendo estos acontecimientos, el Gobierno estonio creó el miércoles pasado un "comité operativo para dirigir la economía estonia en situaciones extremas".

Mientras tanto, en Lituania, según informa Tass, entró en vigor desde ayer la ley local sobre el servicio voluntario en la defensa del distrito. Según esta ley, los voluntarios, que ya han comenzado a alistarse, colaborarán con la policía en la protección de las fronteras y en el mantenimiento del orden público y la seguridad en caso necesario.

Dos periódicos soviéticos publicaban ayer la primera entrevista concedida por el CSN en la persona del ideólogo del Partido Comunista lituano Jusas Jermolavicius, que acusó al grupo de Landsbergis de "actuar de acuerdo" a las peores tradiciones de los "servicios secretos hitIerianos y los sindicatos mafiosos".

[Según ha informado Efe, militares soviéticos amenazaron ayer al presidente de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, en una carta abierta, con organizar acciones similares a las de Lituania y Estonia, en un reflejo del estado de tensión del país.]

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