El Papa considera el integrismo como un peligro grave para la paz
El papa Juan Pablo II, en su tradicional discurso dirigido cada año a los jefes de Estado, hizo ayer una defensa vibrante de la libertad de conciencia y condenó todo tipo de intolerancia, sobre todo la religiosa. Y advirtió que la intolerancia y el integrismo suponen una "grave amenaza para la paz"Sin citarlos expresamente, Karol Wojtyla aludió en su mensaje a ciertos sectores del mundo árabe, judío e Irlanda del Norte.
Juan Pablo II criticó los intentos de "imponer una sola religión de Estado" y la imposibilidad de algunas minorías de expresar en público su propia fe. Como abuso grave ...
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El papa Juan Pablo II, en su tradicional discurso dirigido cada año a los jefes de Estado, hizo ayer una defensa vibrante de la libertad de conciencia y condenó todo tipo de intolerancia, sobre todo la religiosa. Y advirtió que la intolerancia y el integrismo suponen una "grave amenaza para la paz"Sin citarlos expresamente, Karol Wojtyla aludió en su mensaje a ciertos sectores del mundo árabe, judío e Irlanda del Norte.
Juan Pablo II criticó los intentos de "imponer una sola religión de Estado" y la imposibilidad de algunas minorías de expresar en público su propia fe. Como abuso grave del integrismo religioso subrayó la supresión radical de toda manifestación pública de diferenciación y hasta el rechazo de la libertad de expresión como tal".
Glosando la frase "Si quieres la paz, prepara la guerra", el Papa afirmó: "Si quieres la paz, respeta la libertad de conciencia de cada hombre". "Todo lo que signifique negar la libertad de conciencia, y concretamente, la libertad de buscar la verdad, es algo que va contra el derecho más íntimo del hombre", dijo Juan Pablo II.
En otro momento se refirió al proselitismo de las sectas y de las religiones integristas, que llegan incluso "a negar ciertos derechos civiles y políticos", y explicó que una de las situaciones más delicadas es cuando "una norma religiosa acaba siendo impuesta corno ley del Estado".
En su discurso, el Papa no ignoró que la Iglesia que representa, y no sólo las otras, podría ser acusada de intolerancia.
Juan Pablo II afirma en su documento que "en tiempos diversos también los cristianos fueron protagonistas de conflictos" a causa de su intransigencia religiosa. Pero habla de ello como algo superado, mientras critica el hecho de que los oprimidos de ayer por parte de la Iglesia son hoy los protagonistas de la nueva intolerancia religiosa.