Cartas al director

Guerra y la Bono Loto

Una gota -una sólo- ha bastado para dejar bien claro cuánto es el poder del señor Guerra, vicepresidente del Gobierno. Cuantos vienen denunciando sistemática e incansablemente la prepotencia, el nepotismo y la arbitrariedad del vicepresidente, deberían estar más contentos que unas pascuas porque al fin la evidencia se ha impuesto y los entresijos del poder -del abuso de poder- se han desvelado en su cruda realidad. Ya pueden descansar tranquilos cuantos a diario arremeten contra el señor Guerra. La verdad, tarde o temprano, resplandece con luz propia. Ya estamos todos al cabo de la calle.Pues ...

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Una gota -una sólo- ha bastado para dejar bien claro cuánto es el poder del señor Guerra, vicepresidente del Gobierno. Cuantos vienen denunciando sistemática e incansablemente la prepotencia, el nepotismo y la arbitrariedad del vicepresidente, deberían estar más contentos que unas pascuas porque al fin la evidencia se ha impuesto y los entresijos del poder -del abuso de poder- se han desvelado en su cruda realidad. Ya pueden descansar tranquilos cuantos a diario arremeten contra el señor Guerra. La verdad, tarde o temprano, resplandece con luz propia. Ya estamos todos al cabo de la calle.Pues sí. Resulta que los números de la Bono Loto correspondientes a hoy, 20-11-90 (¡qué casualidad, hombre!) son, asómbrense: 31, 44, 45, 46, 47 y 49.

Y yo me pregunto: ¿puede ya dudarse de la burda manipulación con que pretende engañarnos, una vez más, el señor Guerra? ¿Alguien puede creer todavía que el vicepresidente no está en el meollo de la cuestión? ¿Quién está detrás de semejante maniobra? ¿A quién beneficia?

Propongo que se investigue el asunto; que los señores diputados creen una comisión al respecto y saquen sus conclusiones.

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Esto puede ser el principio del fin. Por ello propongo también que el señor Guerra dimita, y con él, como responsable último, el presidente, señor González, y aun el ministro de Hacienda, y el de Cultura, y el señor Solana, y todo el Gobierno en bloque y de consuno. Y el señor Borrell, por añadidura. Y además con carácter retroactivo, esto es, con efectos a partir del mismo día en que tomó posesión el primer Gobierno socialista, allá por el año 1982.-

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