Douglas Hurd no descarta pugnar por una hipotética sucesión de Thatcher
El desafío por el liderazgo del Partido Conservador británico podría concluir con la victoria de Douglas Hurd -actual secretario del Foreign Office y hombre con las cualidades necesarias para unir a los desalentados tories-, quien ayer no descartó saltar a la palestra si la primera ministra, Margaret Thatcher, es forzada a retirarse en una hipotética segunda vuelta.La campaña por la primacía de los conservadores y la jefatura del Gobierno ha entrado en una fase de intensos envites estratégicos, en la que Thatcher sale malparada. Todo lo que no sea una victoria aplastante sobre Heseltine juega ...
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El desafío por el liderazgo del Partido Conservador británico podría concluir con la victoria de Douglas Hurd -actual secretario del Foreign Office y hombre con las cualidades necesarias para unir a los desalentados tories-, quien ayer no descartó saltar a la palestra si la primera ministra, Margaret Thatcher, es forzada a retirarse en una hipotética segunda vuelta.La campaña por la primacía de los conservadores y la jefatura del Gobierno ha entrado en una fase de intensos envites estratégicos, en la que Thatcher sale malparada. Todo lo que no sea una victoria aplastante sobre Heseltine juega contra ella, y quienes estiman que ha llegado el momento del cambio y no desean abrir el portón al ex ministro de Defensa están haciendo finos cálculos para deshacerse de ambos.
Las abstenciones van a resultar críticas y en caso de victoria poco holgada, los barones del partido intentarían forzar la salida de Thatcher para ofrecer la plataforma a un candidato de consenso. Hurd no quiso entrar ayer en este juego especulativo e insistió en que una victoria clara de Thatcher el próximo martes es lo que hace falta. Como antes Heseltine, Hurd no ve ahora las circunstancias que puedan forzar la retirada de Thatcher, un modo de no cerrarse salidas.
En la guerra de sondeos de estos días, uno publicado ayer por The Times indicaba que Heseltine pondría al Partido Conservador diez puntos por delante de los laboristas, quienes desde hace año y medio encabezan las intenciones de voto del electorado.
Los leales a la primera ministra intentaron restar significado a ese dato, que coincidió con el anuncio de que la inflación sigue en el 10,9%.