La policía, sin pistas sobre los butroneros que dieron tres golpes en los últimos meses

Albert Spaggiari, cerebro de uno de los más importantes robos perpetrados en un banco francés mediante el sistema del butrón, firmó su acción con una frase ya célebre: "Sin odio, sin violencia, sin armas". Los butroneros madrileños también han rubricado sus golpes en ocasiones, dejando en las alcantarillas unas inscripciones secretas de origen quinqui. Además, los autores de los tres golpes perpetrados en el último año y medio han conseguido burlarse de la policía. Ellos son, sin lugar a dudas, los más profesionales de los 500 butroneros que operan en Madrid.

Los inspectores del grupo a...

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Albert Spaggiari, cerebro de uno de los más importantes robos perpetrados en un banco francés mediante el sistema del butrón, firmó su acción con una frase ya célebre: "Sin odio, sin violencia, sin armas". Los butroneros madrileños también han rubricado sus golpes en ocasiones, dejando en las alcantarillas unas inscripciones secretas de origen quinqui. Además, los autores de los tres golpes perpetrados en el último año y medio han conseguido burlarse de la policía. Ellos son, sin lugar a dudas, los más profesionales de los 500 butroneros que operan en Madrid.

Los inspectores del grupo antirrobos de la Brigada de Policía Judicial de Madrid no tienen pistas sobre los autores de tres importantes asaltos cometidos en los últimos 18 meses: en el Banco Central de Fuencarral, durante el puente de San Isidro de 1989; en el Banco Herrero de la calle de Raimundo Fernández Villaverde, en el puente de Semana Santa de 1990, y en el Banco Hispano Americano de la Gran Vía, durante el puente del Primero de Mayo.La policía se apuntó un importante éxito cuando hace unos años logró detener a los presuntos autores del robo de la cámara acorazada del Banco de Santander de la plaza de Cascorro, donde entraron a través de las alcantarillas en noviembre de 1986. La mayor parte del botín (más de 1.000 millones de pesetas) fue hallada escondida en un falso techo de un chalé de Valencia.86 cajas, 'reventadas'

El 1 de mayo de 1988, las fuerzas de seguridad abortaron un robo que un grupo de butroneros preparaba en el Banco Central de la plaza de Olavide. Poco antes, los vecinos del inmueble habían escuchado ruidos procedentes del alcantarillado y los ladrones tuvieron que huir dejando abandonadas las herramientas en un colector.

Un año después, un grupo de delincuentes reventó 86 de las 99 cajas de seguridad de la oficina del Banco Central de la calle de la Isla de Java, en el barrio de Fuencarral. Nunca se ha determinado el montante del botín. Algunas fuentes sostienen que éste ronda los 500 millones. Los autores del golpe no han sido detenidos.En abril de 1990, durante el puente festivo de Semana Santa, otros butroneros desvalíjaron 120 cofres de seguridad en el Banco Herrero de la calle de Raimundo Fernández Villaverde, en donde entraron con increíble facilidad a través de un agujero practicado en la endeble pared del cuarto de basuras de un inmueble colindante. La policía tampoco ha podido identificar a los responsables de este robo ni recuperar el botín: unos 2.000 millones en joyas y dinero.El último gran golpe perpetrado en Madrid se produjo durante el puente del pasado 1 de mayo. Los ladrones entraron por un sótano en el Banco Hispano Americano de la Gran Vía y violentaron 59 cajas de seguridad, la mayoría de ellas vacías, según fuentes de la entidad. Los encargados del caso tampoco han conseguido desenmascarar a los autores del golpe.

Tan sólo en uno de los robos fue descubierta una huella de una persona que no está fichada, por lo que posiblemente se trate de un niño que fue utilizado para entrar con facilidad a través del butrón.En Madrid hay unas 700 sucursales bancarias que disponen de cámara acorazada y cajas de alquiler para sus clientes. Muchas de estas oficinas, sin embargo, no tienen medidas de seguridad para impedir el asalto de butroneros experimentados, según fuentes policiales.

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La Brigada Judicial tiene fichadas a unas 500 personas que en diversas ocasiones han cometido robos por el método del butrón. El análisis de su historial, sin embargo, demuestra que la mayoría de estos cacos se dedican a robar en com ercios y estancos. Sólo unos pocos tienen conocimientos para reventar cámaras acorazadas.

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