El joven polaco agredido en Arganda perdió la movilidad de medio cuerpo

Ser polaco y no cantar el Cara al sol fueron dos de las razones por las que Przemyslaw Malko. de 17 años, recibió tal paliza que le provocó traumatismo cráneo-encefálico y cervical. Przemyslaw perdió la movilidad de la pierna y el brazo izquierdos y ahora está haciendo rehabilitación. Otro joven, cuyas iniciales son L T. R., fue el que le agredió a la, salida del instituto El Carrascal, en Arganda del Rey, como parte de una novatada. El joven polaco quiere volver a clase el lunes, a pesar de que tiene miedo a los amigos de su agresor."¿No te da vergüenza ser polaco? Canta el...

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Ser polaco y no cantar el Cara al sol fueron dos de las razones por las que Przemyslaw Malko. de 17 años, recibió tal paliza que le provocó traumatismo cráneo-encefálico y cervical. Przemyslaw perdió la movilidad de la pierna y el brazo izquierdos y ahora está haciendo rehabilitación. Otro joven, cuyas iniciales son L T. R., fue el que le agredió a la, salida del instituto El Carrascal, en Arganda del Rey, como parte de una novatada. El joven polaco quiere volver a clase el lunes, a pesar de que tiene miedo a los amigos de su agresor."¿No te da vergüenza ser polaco? Canta el Cara al sor, me dijo cuando estaba sentado con otros compañeros esperando el autocar para ir a Campo Real. Inmediatamente me largó un amago de puñetazo que me rozó la nariz, por lo que salí corriendo hacia el interior del instituto, mientras él gritaba a dos de sus amigos que estaban en la puerta que me cogieran".

Así cuenta Przemyslaw Malko la agresión sufrida hace ya casi un mes, el 5 de octubre, recién comenzado el curso. Este joven polaco lleva un año viviendo en Campo Real, junto con su madre y su hermana, en la casa de guardeses de la finca que un vecino de la localidad les ha prestado. Era el primer año que iba al instituto de Arganda, en donde un grupo de jóvenes tiene la costumbre, desde hace tres años, de gastar novatadas a los que inician el primer curso.

"Días antes, este chico, que no es del instituto, me había estado molestando, y el día del incidente, después de salir corriendo, en las escaleras interiores del centro una compañera me aconsejó ir a secretaría para contar lo que pasaba", cuenta Przemyslaw, que continúa su relato: "En el vestíbulo de entrada el chico me volvió a coger de la mano y me arrastró para sacarme fuera. Entonces me golpeó en la frente con su brazo escayolado y, al caer para adelante, de nuevo me dio una patada que me tumbó de espaldas. Después ya no recuerdo nada".

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La colecta parroquial del domingo fue para ayudar a la familia Malko

Viene de la página 1Según los testigos, un profesor que estaba en la secretaría se dio cuenta de lo que sucedía y salió corriendo para auxiliar al muchacho y perseguir al agresor. "Eso representaba un peligro, pues el chico estaba como loco", añade Przemyslaw.

El agresor, que sólo tiene 17 años, fue conducido a la Policía Municipal y después pasó a disposición, de la Guardia Civil y el Juzgado de Coslada, ya que la juez de Arganda estaba dada de baja. Quedó en libertad inmediatamente en espera de que se le llame para el juicio correspondiente.

Nadie denuncia novatadas

Mientras tanto, Przemyslaw ha tenido que estar ingresado en el hospital Gregorio Marañón durante 11 días. Los médicos, en los primeros momentos, vieron muy difícil la recuperación del brazo y la pierna que no podía levantar. El joven no recuerda ahora el transcurso de los ocho primeros días; no tiene consciencia de las visitas que recibió y, como recuerdo de lo ocurrido, los médicos le han pronosticado un largo tiempo de rehabilitación.

El jefe de estudios del instituto reconoce la existencia de novatadas, pero insiste en la imposibilidad de enfrentarse a ellas. "No podemos hacer nada", dice, "porque no hay denuncias concretas ni de alumnos ni de padres". Según Przemyslaw, el miedo a las represalias impide las denuncias, y los profesores no pueden evitar con su vigilancia la entrada de personas ajenas al centro.

Los acontecimientos no han hecho variar la opinión que de nuestro país tiene toda la familia Malko, refugiada en España desde hace dos años. La madre afirma no desear volver a Polonia, porque cree que la situación de su país no puede haber cambiado en sólo un año, y la hermana no quiere "volver a empezar en ningún otro país". Ambas se encuentran a gusto aquí y creen que en otro lugar no les hubieran ayudado tanto.

El Ayuntamiento de Campo Real ha concedido a la familia una cartilla de beneficencia, y el de Arganda de¡ Rey ha dotado al muchacho con una beca para transporte y libros. Los profesores y amigos también le han brindado su apoyo. Pero los gastos hospitalarios y de recuperación no se los ha cubierto la Seguridad Social, ya que la madre no tiene un trabajo remunerado ni el seguro escolar, al no haber un acuerdo en este sentido con Polonia. Ni siquiera se ha hecho cargo de ello la Cruz Roja, ya que lleva más de un año residiendo en España.

Dada la precaria situación de la familia, en la parroquia de Arganda los celebrantes pidieron la colecta de las misas del domingo 28 de octubre para ayudar a los Malko.

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