Las empresas refineras piden a la Administración que se establezca un sistema de precios máximos para el butano

Las compañías refineras españolas han solicitado a la Administración que se establezca un sistema de precios máximos -similar al que existe en los combustibles de automoción y en el fuel- para los gases licuados del petróleo (GLP), cuyos principales exponentes son el butano y el propano, hasta que se liberalice. totalmente en 1992. Asimismo han pedido que los precios de venta al público de los combustibles, establecidos por Campsa, no se despeguen de los precios máximos que surjan de la fórmula de revisión existente, y que ésta no se modirique hasta que no haya una situación estable.

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Las compañías refineras españolas han solicitado a la Administración que se establezca un sistema de precios máximos -similar al que existe en los combustibles de automoción y en el fuel- para los gases licuados del petróleo (GLP), cuyos principales exponentes son el butano y el propano, hasta que se liberalice. totalmente en 1992. Asimismo han pedido que los precios de venta al público de los combustibles, establecidos por Campsa, no se despeguen de los precios máximos que surjan de la fórmula de revisión existente, y que ésta no se modirique hasta que no haya una situación estable.

Las refineras españolas han elevado esta propuesta a través de Aserpetrol, sociedad de la que son socios y con la que, en ocasiones, actúan como lobby. Aserpetrol trasladó una documentación de la evolución de los precios del GLP tras la crisis del Golfo para sostener su petición. El objetivo es que se pueda contar "como mal menor", según fuentes petroleras, con un sistema de precios máximos hasta que se liberalice totalmente el precio, circunstancia prevista para enero de 1992, o, si no, que el Gobierno decida el aumento del precio. Es posible que el Consejo de ministros lo estudie en noviembre.Según Aserpetrol, a 30 de julio de 1990, pocos días antes del estallido de la crisis del Golfo, la cotización internacional en el mercado spot de la tonelada de GLP era de 109 dólares y ahora es de 370 dólares, mientras que el precio de entrega debutano de refinerías en España se mantiene en 18.770 pesetas por tonelada. Por eso, los refineros han pedido que, al menos, se eleve a 30.000 pesetas el precio de refinería.

La aceptación de esta propuesta supondría una repercusión imediata al alza en el precio de venta de la bombona de butano (hoy en 745 pesetas) y del propano para usos industriales y domésticos.

Las petroleras han pedido que no se produzcan bajadas precipitadas de los precios de venta al público de los combustibles para compensar las pérdidas ocasionadas con la subida. En ese sentido, quieren que esos precios estén lo más cerca posible de los precios estén lo más cerca posible de los precios máximos y que únicamente se quiten los céntimos que haya en cada caso (por ejemplo, sobre un máximo de 92,9 pesetas, tendría que ser de 92 pesetas el de venta al público).

Esta petición supone un rechazo de pleno a la solicitud del Partido Popular de que se modifique el sistema de precios máximos. "Nos gustaría que el sistema fuera de precios libres y que la repercusión se produjese al tiempo que subiera el crudo; pero eso debe hacerse cuando el mercado este estabilizado".

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