Alivio, emoción y desmayos a la llegada a España de los 15 rehenes de Irak

Un colectivo suspiro de alivio, mucha emoción y algún desmayo. Ése es el resumen del final de la pesadilla de 15 españoles llegados ayer a Madrid tras ser retenidos por el régimen iraquí desde la invasión de Kuwait, el 2 de agosto. Todos junto a los cuatro miembros de la delegación no gubernamental que gestionó su liberación, fueron recibidos en Barajas por los aplausos de centenares de familiares y amigos y un número no menor de periodistas.Entre los que esperaban se hallaba el hijo de dos meses de Juan José Buitrago, encargado de negocios en Kuwait, que nació en el emirato días después de la...

Un colectivo suspiro de alivio, mucha emoción y algún desmayo. Ése es el resumen del final de la pesadilla de 15 españoles llegados ayer a Madrid tras ser retenidos por el régimen iraquí desde la invasión de Kuwait, el 2 de agosto. Todos junto a los cuatro miembros de la delegación no gubernamental que gestionó su liberación, fueron recibidos en Barajas por los aplausos de centenares de familiares y amigos y un número no menor de periodistas.Entre los que esperaban se hallaba el hijo de dos meses de Juan José Buitrago, encargado de negocios en Kuwait, que nació en el emirato días después de la entrada de las tropas iraquíes. Su madre sufrió ayer un desvanecimiento, incapaz de soportar la presión fisica y emotiva. El bebé tuvo que ser sacado de la sala de prensa.

El número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, aseguraba que la delegación "ha servido al juego propagandístico de Sadam Husein advertida o inadvertidamente" y lamentó que éste haya obtenido "un clarísimo éxito propagandístico corno premio a una acción de piratería".

No obstante, se congratuló por los resultados de la gestión y aseguró que "es una sandez y una calumnia" decir que el Gobierno obstaculizara la labor de los mediadores.

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