Paesa sigue residiendo en Ginebra bajo la protección de las Naciones Unidas

Francisco Paesa Sánchez, prófugo de la justicia española por su presunta vinculación con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), continúa residiendo en Ginebra, donde goza de la inmunidad diplomática que le presta las Naciones Unidas como representante permanente de la república africana de Santo Tomé ante dicho organismo. EL PAÍS confirmó ayer tarde que Paesa se encontraba en la misión ginebrina de Santo Tomé.

Fuentes interesadas en el caso indicaron durante la jornada que Francisco Paesa, sujeto a una demanda de extradición de España, no estaba ya en Estados Unidos, sino q...

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Francisco Paesa Sánchez, prófugo de la justicia española por su presunta vinculación con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), continúa residiendo en Ginebra, donde goza de la inmunidad diplomática que le presta las Naciones Unidas como representante permanente de la república africana de Santo Tomé ante dicho organismo. EL PAÍS confirmó ayer tarde que Paesa se encontraba en la misión ginebrina de Santo Tomé.

Fuentes interesadas en el caso indicaron durante la jornada que Francisco Paesa, sujeto a una demanda de extradición de España, no estaba ya en Estados Unidos, sino que, al menos desde finales de la semana pasada, se encontraba en Ginebra.A primera hora de la tarde, una secretaria de la misión de Santo Tomé respondiendo a la llamada telefónica de EL PAÍS, afirmó: "El señor Paesa no está en este momento, pero volverá sobre las seis y media o siete menos cuarto". Pasadas las siete de la tarde, una voz masculina, que este diario pudo identificar como la de Francisco Paesa, informó, en lengua francesa, de que Paesa no estaba en la misión. "¿Le espera usted en breve?", preguntó el periodista. "No, se encuentra de viaje". "Perdone", prosiguió el redactor de este diario, "pero una secretaria afirmó esta tarde que el señor Paesa regresaría sobre las seis y media o siete". "Es una chica que acaba de ser contratada, y no tiene información", precisó el interlocutor. "¿No es usted Francisco Paesa?", interrogó el periodista, ya en lengua española. "Lo siento, pero no entiendo el español", dijo en francés. El redactor volvió a preguntar en francés: "¿Entoces, el señor Paesa sigue en Estados Unidos?". El interlocutor identificado como Paesa colgó en ese momento el teléfono.

"Llámenle a la misión"

Hans Rudolph Albers, amigo personal de Francisco Paesa, respondió minutos después de este modo a la llamada de EL PAÍS, desde su restaurante Le Creux de Genthof, próximo a Ginebra: "Si quieren ustedes hablar con Paesa, llámenle a la misión de Santo Tomé".Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó ayer que Paesa ostenta todavía su inmunidad diplomática, pero no supo precisar la localización actual del embajador de Santo Tomé. Algunas fuentes de la Audiencia Nacional criticaron la "falta de agilidad" de este organismo, que todavía ayer no había dado respuesta a la consulta de las autoridades americanas sobre la detención de Paesa.

La unidad de Interpol en Washington informó el 9 de septiembre que Paesa había llegado un día antes a Nueva York con un pasaporte diplomático caducado, y pidió a España que indicara si deseaba su detención y extradición. Interpol-Madrid puso la decisión en manos de la Audiencia Nacional.

Ayer, las mismas fuentes judiciales consultadas destacaron que el tribunal del caso Amedo debió ratificar de inmediato la orden internacional de detención, a efectos de extradición dictada contra Francisco Paesa por el juez Baltasar Garzón en diciembre de 1988. La Audiencia pidió un informe al fiscal y al Ministerio de Asuntos Exteriores. Paesa se encuentra ya en Ginebra cuando la justicia española aún no se ha pronunciado sobre si se debe pedir a EE UU que detenga o no al presunto colaborador de los GAL.

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