Carteras superlíquidas

Suave repunte de cotizaciones al comienzo de la semana bursátil, con susto incluído en Barcelona por un aviso de bomba. A la espera de acontecimientos, las carteras se han vuelto aún más líquidas y sobrecargadas de activos monetarios. La máxima sigue siendo no invertir una sola peseta en renta variable. Sadam Husein no da su brazo a torcer y hay que evitar que un empeoramiento de la situación pueda provocar un nuevo desplome. Sólo los blue chips o títulos superlíquidos se escapan al consejo de dejar momentáneamente la bolsa. Tras el alejamiento de una solución rápida al conflicto del Go...

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Suave repunte de cotizaciones al comienzo de la semana bursátil, con susto incluído en Barcelona por un aviso de bomba. A la espera de acontecimientos, las carteras se han vuelto aún más líquidas y sobrecargadas de activos monetarios. La máxima sigue siendo no invertir una sola peseta en renta variable. Sadam Husein no da su brazo a torcer y hay que evitar que un empeoramiento de la situación pueda provocar un nuevo desplome. Sólo los blue chips o títulos superlíquidos se escapan al consejo de dejar momentáneamente la bolsa. Tras el alejamiento de una solución rápida al conflicto del Golfo y la llamada de Solchaga a empresas y trabajadores a apretarse el cinturón, los inversores esperan el IPC de agosto, que se hará público en los próximos días. Algunos analistas creen que de la evolución de los precios en agosto podría depender un endurecimiento de la política monetaria, tras el respiro que permite la leve depreciación de la peseta. El Gobierno ya ha previsto un punto adicional de inflación hasta final de año por la subida del petróleo. Sin embargo, agosto es el primer me! efectivo de alzas del precio del crudo y puede ser el momento de comprobar hasta qué punto son realistas las previsiones gubernamentales.

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