Becarios 'no normales'

Por segunda vez en poco tiempo leo un artículo referente a los cursos de verano que se desarrollan en las distintas universidades del país. Parece ser que los que más dan que hablar son los realizados en Santander y en El Escorial. Puedo hablar de ellos ya que conozco las dos universidades, pues éste es el quinto año que me conceden una beca.Bien es cierto que tanto la península de la Magdalena como El Escorial son lugares preciosos, que los becarios estamos bien alojados, bien atendidos y disfrutamos de comodidades. También es cierto que muchos becarios aprovechan la beca para tomarse una sem...

Por segunda vez en poco tiempo leo un artículo referente a los cursos de verano que se desarrollan en las distintas universidades del país. Parece ser que los que más dan que hablar son los realizados en Santander y en El Escorial. Puedo hablar de ellos ya que conozco las dos universidades, pues éste es el quinto año que me conceden una beca.Bien es cierto que tanto la península de la Magdalena como El Escorial son lugares preciosos, que los becarios estamos bien alojados, bien atendidos y disfrutamos de comodidades. También es cierto que muchos becarios aprovechan la beca para tomarse una semana de vacaciones; que aparecen por las conferencias el primer día para ver de qué va, y el último, para recoger el diploma. Es cierto que lo normal es que la gente se monte la juerga por la noche y al día siguiente la resaca no les deje asistir a las conferencias; es posible que entre conferenciantes y asistentes surja algún romance. Pero no todos los que participamos en los cursos somos así. También hay becarios no normales que piden la beca porque les interesa el curso, que asisten diariamente a todas las conferencias y que por la noche prefieren acudir a las actividades organizadas por la misma universidad (teatro, recitales, cine...) en vez de irse de copas. Y que, desde luego, nos lo pasamos bien, disfrutamos del curso, de la estancia y del tiempo que estamos allí. Afortunadamente, mis compañeros y yo somos de esos anormales.- Caridad Prieto.