La ejecutiva del PSOE presenta el éxito en Andalucía como desautorización a las "infamias" del 'caso Guerra'

La ejecutiva federal del PSOE quiere mantener en los próximos tres años, e incluso darle mayor calado, la política de acuerdos iniciada con el PNV y CiU, pero en especial con el CDS, según él informe de su gestión que será debatido en el 321 congreso federal El documento presenta el caso Juan Guerra, sin citarlo, como "una campaña de infamias" destinada a "fragilizar" al PSOE y que ha tenido su respuesta en el éxito electoral en Andalucía. En el informe se asegura que después de una década de Gobierno socialista, España habrá entrado plenamente en una nueva etapa de su historia".

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La ejecutiva federal del PSOE quiere mantener en los próximos tres años, e incluso darle mayor calado, la política de acuerdos iniciada con el PNV y CiU, pero en especial con el CDS, según él informe de su gestión que será debatido en el 321 congreso federal El documento presenta el caso Juan Guerra, sin citarlo, como "una campaña de infamias" destinada a "fragilizar" al PSOE y que ha tenido su respuesta en el éxito electoral en Andalucía. En el informe se asegura que después de una década de Gobierno socialista, España habrá entrado plenamente en una nueva etapa de su historia".

La actual dirección del PSOE cita la campaña de infamias orientada a fragilizar [la posición del partido] de cara a las elecciones andaluzas de 1990" como uno de los cuatro momentos de mayor enfrenta miento político y social con los socialistas en los últimos tres años.Los otros tres fueron la ofensiva contra la reforma educativa, la reacción sindical contra el proyecto de Plan de empleo juvenil y las impugnaciones parciales de las últimas elecciones legislativas.

La ejecutiva socialista, que al final del informe proclama la necesidad de evitar la mera autogratificación, sostiene en este apartado: "La profundización y avance en la reforma educativa, la recomposición del clima de diálogo social y los diversos triunfos electorales demuestran ( ... ) que los socialistas hemos sabido mantener en todo momento el rumbo político y hemos aplicado en cada ocasión las estrategias de respuesta adecuadas".

Los máximos dirigentes socialistas proponen como objetivos básicos para los próximos años las inversiones en obras públicas y comunicaciones, así como el crecimiento sostenido del producto interior bruto, la generación de empleo y la aplicación de una política fiscal "justa y armonizada con la Comunidad Europea", por este orden.

El diálogo social y la política de concertación son citados como instrumentos positivos pero que no constituyen un "elemento condicionante". El debate parlamentario recibe igualmente un mayor depósito de confianza en cuanto a futuros resultados.

La comisión ejecutiva federal defiende que en los próximos años los socialistas tienen que profundizar en la política de acuerdos iniciada en esta legislatura, "especialmente con aquellos partidos con los que este acuerdo resulta factible y coherente", términos estos últimos subrayados en el documento.

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Compañeros de camino

Esta afirmación, así como la sucinta crítica de la trayectoria del CDS, mientras proliferan las descalificaciones hacia el Partido Popular e Izquierda Unida, sugieren que los socialistas preparan el camino para una larga andadura con el partido de Adolfo Suárez.

Los dirigentes del PSOE culpan a la oposición conservadora de mantener "una cierta actitud de, desesperación" ante las continuas victorias electorales de los socialistas.

El informe no menciona el caso Juan Guerra, pero, dedica un amplio apartado a defender que "ninguna persona puede ser inculpada de delitos que no ha cometido, ni acusada de incumplir preceptos legales que no existen, ni responsabilizada por comportamientos -supuestos o reales- de otras personas de su fámilia".

En el informe se advierte que los permanentes intentos de ensuciar a los políticos acaban, a la larga, produciendo una erosión en la credibilidad del sistema democrático. En cambio, no hay ninguna reflexión sobre los límites morales, teóricamente vedados, que un socialista debe respetar en su enriquecimiento, como el tráfico de influencias o el uso de información privilegiada.

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