GUERRA EN EL GOLFO

Familias enteras mueren en el desierto al intentar huir de Kuwait

Decenas de personas han perdido la vida intentando escapar de Kuwait desde que el pasado día 2 el emirato fuera invadido por Irak. El peor enemigo de los huidos no ha sido, como pudiera pensarse, el Ejército iraquí, sino el desierto. Altas temperaturas, reverberaciones, falta de agua, pérdida de la orientación: ese inmenso mar de arena que llena la península Arábiga se ha convertido en una trampa mortal.La prensa saudí publica a diario fotografías de familias enteras que han perecido en medio de la nada, y en especial de niños. "Algunas me han parecido trucadas, pero el problema existe y, a fa...

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Decenas de personas han perdido la vida intentando escapar de Kuwait desde que el pasado día 2 el emirato fuera invadido por Irak. El peor enemigo de los huidos no ha sido, como pudiera pensarse, el Ejército iraquí, sino el desierto. Altas temperaturas, reverberaciones, falta de agua, pérdida de la orientación: ese inmenso mar de arena que llena la península Arábiga se ha convertido en una trampa mortal.La prensa saudí publica a diario fotografías de familias enteras que han perecido en medio de la nada, y en especial de niños. "Algunas me han parecido trucadas, pero el problema existe y, a falta de cifras oficiales, se puede hablar de decenas de muertos", manifestó ayer a EL PAÍS un diplomático occidental en Riad. Resulta dificil determinar el número exacto de víctimas porque sólo se llega a descubrir las que, una vez atravesada la frontera kuwaití, encuentran las patrullas saudíes.

"Usted conoce muy bien ese infierno,y lo que pueden ser temperaturas al sol de hasta 65 grados centígrados", relató el funcionario. "No creo que nadie pueda aguantar al volante más de 12 horas", insistía, alarmado ante la dramática situación que afrontan cientos de kuwaitíes y de residentes extranjeros en su afán por salir del emirato.

La mayoría, aterrados por la crisis, emprenden la huida sin ninguna experiencia de conducción en el desierto y sin lo más necesario, reservas de agua. Luego de la odisea está la desesperación de no saber dónde están. La frontera, ahí mismo, puede ser completamente invisible.

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