Ejecutado en Irak un sueco acusado de espionaje
El ciudadano sueco de origen iraquí Jalil Mehdi Saleh Neamy, de 45 años de edad, fue ejecutado en Irak en la noche del pasado miércoles, acusado de espionaje por cuenta del servicio de inteligencia israelí Mossad, según se informó ayer oficialmente en Estocolmo. Neamy había sido detenido el 9 de agosto del año pasado cuando realizaba un viaje a su país de origen para visitar a sus familiares, dijeron conocidos suyos en Suecia.
Salch fue condenado a muerte el 30 de abril por un Tribunal Militar en Bagdad, acusado de espiar a los refugiados palestinos en Irak. El embajador sueco en la cap...
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El ciudadano sueco de origen iraquí Jalil Mehdi Saleh Neamy, de 45 años de edad, fue ejecutado en Irak en la noche del pasado miércoles, acusado de espionaje por cuenta del servicio de inteligencia israelí Mossad, según se informó ayer oficialmente en Estocolmo. Neamy había sido detenido el 9 de agosto del año pasado cuando realizaba un viaje a su país de origen para visitar a sus familiares, dijeron conocidos suyos en Suecia.
Salch fue condenado a muerte el 30 de abril por un Tribunal Militar en Bagdad, acusado de espiar a los refugiados palestinos en Irak. El embajador sueco en la capital iraquí, Henrik Amneus, mantuvo una entrevista con el condenado a muerte pocas horas antes de que fuera ejecutado. La ejecución se produjo a pesar de las intensas, gestiones realízadas por el Gobierno sueco y a la petición personal del primer ministro, Ingvar Carlsson, al Gobierno de Sadam Husein.La diplomacia sueca había venido trabajando intensamente en forma silenciosa ante el régimen de Bagdad, para salvar la vida del condenado, sin que el caso hubiera trascendido. Esta forma de trabajo había dado buenos resultados en algunos casos anteriores, incluso ante el propio Gobierno iraquí.
El embajador sueco en Bagdad ha sido llamado a Estocolmo para consultas, como una forma de protesta.
Neamy, que ha sido defendido por un abogado designado por Suecia, habría reconocido ante el tribunal iraquí que trabajaba para el Mossad , lo que al parecer confirmó también en sus breves encuentros en prisión con el embajador sueco en Irak. El periodista británico de origen iraní Farzad Bazoft fue ejecutado también por espionaje el pasado 11 de marzo.