Una mañana para pintar el Retiro

Más de 900 personas participaron en el II Certamen Nacional de Pintura Rápida

El Retiro se lleno ayer de pintores que desde las ocho de la mañana comenzaron a reflejar en sus telas los rincones de este parque madrileño. Los 900 participantes del II Certamen Nacional de Pintura Rápida Parque del Buen Retiro se desperdigaron aprovechando las sombras de los árboles, y acudieron puntualmente a las dos de la tarde a presentar sus trabajos, realizados a lo largo de la mañana. Las obras, expuestas en el paseo de Carruajes, fueron juzgadas hasta las nueve de la noche por el público que abarrotaba los jardines y por un jurado de expertos.

Los colores vivos imperaban en la...

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El Retiro se lleno ayer de pintores que desde las ocho de la mañana comenzaron a reflejar en sus telas los rincones de este parque madrileño. Los 900 participantes del II Certamen Nacional de Pintura Rápida Parque del Buen Retiro se desperdigaron aprovechando las sombras de los árboles, y acudieron puntualmente a las dos de la tarde a presentar sus trabajos, realizados a lo largo de la mañana. Las obras, expuestas en el paseo de Carruajes, fueron juzgadas hasta las nueve de la noche por el público que abarrotaba los jardines y por un jurado de expertos.

Los colores vivos imperaban en la mayoría de las obras, expuestas cariñosamente por sus autores bajo un sol de justicia. Las telas, con la pintura todavía fresca, refulgían como si fueran a fundirse en el calor del mediodía más tórrido de los últimos meses.La mayoría de los participantes, que esperaron al último momento para entregar sus obras, hacían cola frente a la mesa de la organización. La fila tenía más de 50 metros, y cada vez que avanzaba se producía un alzamiento de lienzos, tableros y cajas de pinturas, mientras que algunos aprovechaban la espera para dar un último toque a la obra.

Cosas buenas

Marisa y María José, madre e hija, ambas pintoras, participaban por segunda vez en este Certamen. "Han venido 400 personas más que el año pasado. A mí me parece un éxito, y además se están viendo cosas verdaderamente buenas; no va a haber premios para todos", dijo Marisa, una acuarelista de 60 años que por un día hizo una concesión a los óleos. Pin, un joven estudiante de tercero de Bellas Artes, daba los últimos toques a los troncos de los árboles reflejados en su el cuadro. "Aquí lo importante es participar para que este certamen se siga celebrando, y como éste muchos otros; lo mejor es que el arte salga a la calle. Los premios están bien, pero son lo de menos".

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