Conferencia de la industria editorial de los 90 convocada por el 'Financial Times'

La prensa española no está viviendo la época dorada que parece a ojos de los profanos, deslumbrados por una reestructuración de los medios de comunicación y un auge económico que hace atractiva la inversión, según la ponencia presentada por Juan Luis Cebrián en la Conferencia Internacional sobre la Industria Editorial en los Años Noventa, organizada en Londres por el Financial Times.

Al amparo del dinero y bajo la influencia de una moral social en la que el triunfo económico lo es todo, los rotativos se han convertido en instrumentos de una guerra de intereses no siempre informativos en...

La prensa española no está viviendo la época dorada que parece a ojos de los profanos, deslumbrados por una reestructuración de los medios de comunicación y un auge económico que hace atractiva la inversión, según la ponencia presentada por Juan Luis Cebrián en la Conferencia Internacional sobre la Industria Editorial en los Años Noventa, organizada en Londres por el Financial Times.

Al amparo del dinero y bajo la influencia de una moral social en la que el triunfo económico lo es todo, los rotativos se han convertido en instrumentos de una guerra de intereses no siempre informativos en los que la mentira, el rumor y el insulto son armas de uso común, según Juan Luis Cebrián. "La confusión es completa", según la ponencia del consejero delegado de Prisa, cabecera del holding propietario de EL PAÍS, leída, en su ausencia, por Fernando Schwartz.Cebrián, en su ponencia La situación de la Prensa en España, delineó el marco en que se desarrolla lo que él ve como un. complejo laberinto de pasiones, en el que el auge económico, las inversiones récord en publicidad, la desaparición del monopolio estatal de televisión, la fuerte presencia extranjera en la industria de la comunicación, y la restructuración profesional, industrial y de gestión de la Prensa, son algunos de los factores que han contribuido a crear un panorama nuevo, dinámico y atractivo a primera vista que, en teoría, "ofrece excelentes posibilidades para todos". Un todos en el que Cebrián incluye "no sólo a los extranjeros, sino a inversores cuyo interés en periodismo se ampara en la idea de promocionar sus propios negocios".

Cebrián cree que es "tan exagerada como cuestionable" la idea de que la Prensa española vive una época dorada. No ha desaparecido la atomización empresarial ni han subido los niveles de lectura, que no tienen nada que envidiar a los del Tercer Mundo. Aun así, aparecen nuevos diarios, "ninguno de los cuales ha conquistado un número significativo de lectores".