Mariscador furtivo

Sito Prado Bugallo siempre ha sido un osado, desde que comenzó muy joven a ejercer de mariscador furtivo, una actividad tan habitual en Cambados que se ha convertido ya en la forma de vida de decenas de personas para las que legalidad e ilegalidad son dos conceptos sin frontera, entre otras cosas "porque el Estado nunca se ha preocupado por su suerte", en palabras de un vecino de la zona. Hijo de un marinero, Sito se especializó en el can, un arte de pesca ilegal, y ya entonces se hizo famoso por sus arrestos para enfrentarse con la Armada.En el negocio del fume comenzó como patrón de l...

Sito Prado Bugallo siempre ha sido un osado, desde que comenzó muy joven a ejercer de mariscador furtivo, una actividad tan habitual en Cambados que se ha convertido ya en la forma de vida de decenas de personas para las que legalidad e ilegalidad son dos conceptos sin frontera, entre otras cosas "porque el Estado nunca se ha preocupado por su suerte", en palabras de un vecino de la zona. Hijo de un marinero, Sito se especializó en el can, un arte de pesca ilegal, y ya entonces se hizo famoso por sus arrestos para enfrentarse con la Armada.En el negocio del fume comenzó como patrón de lanchas y a principios de los años ochenta constituyó junto a Ramiro Señorans y Olegario Falcón la compañía ROS, una de las más poderosas de la época. Fue detenido y encarcelado durante ocho meses en las grandes redadas de 1983, y cuentan que esta experiencia le hizo cambiar su modo de vida. A partir de entonces sus estancias en Cambados se hicieron más esporádicas, consiguió un permiso de residencia en Bélgica y comenzó a realizar habituales, viajes a Panamá. Se estableció por su cuenta y tan sólo se le conoce un socio destacado, Danielito Carballo, al que su padre, el histórico contrabandista Manuel Carballo, le retiró el saludo por su supuesta proclividad al mercado de la droga.