Tradición genuina
El tribalismo y la extranjería de las instituciones democráticas son los habituales pretextos de los dirigentes africanos a la hora de defender la permanencia de los sistemas de partido único. Sin embargo, numerosos intelectuales africanos aseguran que las autocracias tampoco forman parte de la genuina tradición africana. El multipartidismo podría compensar el vacío dejado por los contrapesos que, antiguamente, limitaron el poder de los jefes.Éste es, por ejemplo, el argumento adoptado por la Iglesia anglicana frente al reticente presidente de Kenia -el escaparate de las colonias anglóf...
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El tribalismo y la extranjería de las instituciones democráticas son los habituales pretextos de los dirigentes africanos a la hora de defender la permanencia de los sistemas de partido único. Sin embargo, numerosos intelectuales africanos aseguran que las autocracias tampoco forman parte de la genuina tradición africana. El multipartidismo podría compensar el vacío dejado por los contrapesos que, antiguamente, limitaron el poder de los jefes.Éste es, por ejemplo, el argumento adoptado por la Iglesia anglicana frente al reticente presidente de Kenia -el escaparate de las colonias anglófonas-, Daniel Arap Mol, al recordarle que "el poder absoluto corrompe incluso a la persona con la mayor de las voluntades". Su vecino, el padre del socialismo a la africana, el expresidente tanzano Julius Nyerere, parece haber asimilado este principio al declarar que el multipartidismo podría contribuir a la salvaguarda de los logros de la revolución.