Rumania vota hoy en un ambiente tenso

ENVIADO ESPECIALCinco meses después de la caída de la dictadura más implacable del posestalinismo en Europa, los rumanos acuden hoy a las urnas en unas elecciones generales que se celebran en un marco que está muy lejos de cumplir los ideales de democracia, apertura y tolerancia por los que murieron en Rumania centenares de jóvenes en diciembre. En Bucarest continuaba ayer la manifestación y la huelga de hambre de estudiantes que exigen la depuración de ex líderes comunistas en el aparato de] Estado. Mientras, los observadores internacionales llegan a Bucarest.

Las delegaciones llegadas...

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ENVIADO ESPECIALCinco meses después de la caída de la dictadura más implacable del posestalinismo en Europa, los rumanos acuden hoy a las urnas en unas elecciones generales que se celebran en un marco que está muy lejos de cumplir los ideales de democracia, apertura y tolerancia por los que murieron en Rumania centenares de jóvenes en diciembre. En Bucarest continuaba ayer la manifestación y la huelga de hambre de estudiantes que exigen la depuración de ex líderes comunistas en el aparato de] Estado. Mientras, los observadores internacionales llegan a Bucarest.

Las delegaciones llegadas a Bucarest para controlar el proceso electoral han mostrado ya su escepticismo tras haberse entrevistado con los diversos contendientes y valorar las garantías para un desarrollo correcto.Declaraciones como las realizadas el viernes por el dirigente del FSN, Silviu Brucan, manifestando que la revolución no estaba dirigida contra el socialismo, sino contra Ceaucescu, sólo agitan aún más los ánimos de los grupos de la oposición que acusan al FSN de haberse apropiado de las estructuras de la dictadura y ven a Illescu, Roman y otros, tentados por la instauración de un régimen socialista. "El comunismo no tiene rostro humano" reza una de las pancartas que dominan la Plaza de la Universidad, ocupada desde hace tres semanas por los estudiantes.

Ambiente crispado

Un ambiente de crispación y enfrentamiento estuvo a punto de hacer fracasar en las últimas semanas este primer gran ensayo de democracia tras cincuenta años de dictaduras, parafascista primero y comunista después. Las incógnitas están ahora menos en el resultado aritmético que en la posibilidad de que un gobierno con voluntad realmente democrática se haga con el poder.

El Frente de Salvación Nacional (FSN), dirigido por el presidente Ion Iliescu y el primer ministro Petre Roman, es el gran favorito de las elecciones. Los sondeos, aunque muy poco fiables, le conceden entre un 35 y un 75% de los votos para la Cámara de diputados.

lliescu, su candidato para la presidencia, que desempeña desde la revolución, podrá confirmarse en el cargo con práctica seguridad, si bien podría necesitar una segunda vuelta el próximo día 3 de junio si no logra la mayoría absoluta.

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El Partido Nacional Liberal (PNL) de Radu Campeanu se perfila como la segunda fuerza Política con un resultado entre el 10 y el 20%.

Autodeclarado heredero del partido liberal rumano de mismo nombre, liquidado por los comunistas al llegar estos al poder, ha realizado una campaña basada en el "reencuentro con Europa" de este país aislado durante tanto tiempo y en los valores clásicos de la libertad de iniciativa, propiedad privada y derechos humanos.

El Partido Nacional Campesino (PNC) ha sido la principal víctima de estos ataques que, según convencimiento de toda la, oposición, han sido protagonizados por miembros del antiguo aparato comunista, hoy integrados en el FSN.

El Frente ha rechazado enérgicamente toda implicación en estos incidentes que causaron dos muertos, decenas de asaltos a sedes y viviendas de militantes de la oposición e incontables palizas a éstos. Su líder, Ion Ratiu, que al igual que Campeanu retornó a Rumania de la emigración tras la victoria de la revolución, es un adinerado empresario en Gran Bretaña al que la propaganda del FSN acusa de querer "vender Rumama". Aunque Ratiu ha demostrado ser un moderado, su edad, falta de contacto con la subdesarrollada realidad rumana y los viejos militantes de su partido, notorios derechistas y antisemitas muchos de ellos, han rebajado mucho las expectativas de voto para el PNC que ya no superan en ningún caso el 10%.

Otros partidos, como el Socialdemócrata, el tercer partido histórico de la Rumania de entreguerras, el Ecologista y muchos grupúsculos surgidos en la confusión de una sociedad sin estructuras al margen de la "ley de cuadros" del régimen comunista, tienen escasas posibilidades de contar con una representación parlamentaria que pueda alzarles a cierta relevancia política.

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