La Armada cederá la mayor parte de su capacidad de mantenimiento de la flota

La Armada ha puesto en marcha un amplio plan de reestructuración de sus arsenales, cuya consecuencia fundamental es incrementar la capacidad de gestión y ceder a la industria, pública y privada, la mayor parte de las tareas de mantenimiento de la flota. El origen de dicho plan, al que ha tenido acceso EL PAÍS, se encuentra en una directiva del 11 de octubre pasado, firmada por el jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Fernando Nárdiz.

En su directiva, Nárdiz admite que la Armada "tiene plena conciencia de que nunca ha conseguido resolver satisfactoriamente" el problema del manten...

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La Armada ha puesto en marcha un amplio plan de reestructuración de sus arsenales, cuya consecuencia fundamental es incrementar la capacidad de gestión y ceder a la industria, pública y privada, la mayor parte de las tareas de mantenimiento de la flota. El origen de dicho plan, al que ha tenido acceso EL PAÍS, se encuentra en una directiva del 11 de octubre pasado, firmada por el jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Fernando Nárdiz.

En su directiva, Nárdiz admite que la Armada "tiene plena conciencia de que nunca ha conseguido resolver satisfactoriamente" el problema del mantenimiento de la ficha y que "ha llegado a aceptar como práctica normal un sostenimiento deficiente". Esta situación ha llevado a que con frecuencia se sustituyeran módulos o subconjuntos completos, cuya vida operativa hubiera sido más larga con un adecuado mantenimiento.Los problemas de los arsenales, según el jefe de la Armada, fueron ya descubiertos en noviembre de 1988, y se sintetizan en la carencia de personal y equipamiento cualificados, así como en la creciente complejidad tecnológica.

El 31 de octubre el almirante jefe de apoyo logístico, José Antonio Benítez, remitió a los jefes de los arsenales de El Ferrol, La Carraca (Cádiz), Cartagena y Las Palmas una circular en la que les instaba a realizar, en el plazo de tres meses, una reorganización encaminada a "adecuarlos [los arsenales] a la actual situación de la Armada". Entre las líneas de actuación propuestas está la de, "salvo excepciones, realizar las tareas de mantenimiento por la industria".

"No se me oculta", admite el almirante Benítez, "que los cambios que deben acometerse suscitarán algunas preocupaciones en las personas que tienen responsabilidades de apoyo a la fuerza; pero estas preocupaciones no podrán nunca justificar dilación alguna en la ejecución de estos cambios".

En respuesta a la anterior circular, el jefe del arsenal de Cartagena, almirante José María Gurrucharri, advirtió del "riesgo de vulnerabilidad que se correría al entregar la documentación necesaria para determinados mantenimientos", por el carácter secreto de la misma. Por su parte, el jefe del arsenal de El Ferrol, almirante Jesús Portillo, subrayó que debe tenerse en cuenta no sólo la capacidad técnica de la industria, sine, también su carga de trabajo y su capacidad para asumir nuevas tareas.

A la luz de las respuestas recibidas, el jefe de apoyo logístico de la Armada elaboró un nuevo documento, fechado el 13 de diciembre de 1989, en el que detallaba las capacidades que cada arsenal debía transferir a la industria a corto plazo, antes del 30 de junio de este año, y a medio plazo, antes del 31 de diciembre. Un informe del arsenal de El Ferrol, de enero pasado, señala que actualmente trabajan en dichas instalaciones 405 funcionarios y 305 contratados y que su número deberá reducirse en un 18% y un 23%, respectivamente, con las nuevas funciones asignadas. Tras deducir las plazas que pueden amortizarse por jubilaciones o por sustitución de militares por civiles, estima el excedente de personal en 76 funcionarios y 31 contratados.

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El Ministerio de Defensa remitió recientemente al diputado de Izquierda Unida (IU) José Luis Núñez un escrito en el que reconoce que se está realizando un estudio sobre los arsenales de la Armada que incluye la posibilidad de aumentar "la oferta de acciones de mantenimiento a la industria civil". El escrito señala que aún no está concluido el estudio de plantillas, pero agrega que el departamento "pretende armonizar, en la medida de lo posible, sus efectos con las aspiraciones profesionales individuales" y que "en todo momento respetará los legítimos derechos personales".

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