Cartas al director

Un país diferente

Oigo en el telediario del mediodía: se pagarán a los clubes de fútbol 30.000.000.000 de pesetas, y como máximo, 1.000.000.000 de pesetas por club para poder hacer frente a las deudas generadas por la mala gestión de los directivos al frente de los mismos. Entiéndase dietas, viajes (familiares incluidos), comilonas, etcétera.Mi reacción: al principio pienso que es el día de los Santos Inocentes; después noto cómo me hierve la sangre; ¡pero cómo es posible!, ¡no puede ser! Leo los periódicos del sábado y del domingo: en primera página, nada; en deportes y en economía, menos (lo de siempre, que l...

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Oigo en el telediario del mediodía: se pagarán a los clubes de fútbol 30.000.000.000 de pesetas, y como máximo, 1.000.000.000 de pesetas por club para poder hacer frente a las deudas generadas por la mala gestión de los directivos al frente de los mismos. Entiéndase dietas, viajes (familiares incluidos), comilonas, etcétera.Mi reacción: al principio pienso que es el día de los Santos Inocentes; después noto cómo me hierve la sangre; ¡pero cómo es posible!, ¡no puede ser! Leo los periódicos del sábado y del domingo: en primera página, nada; en deportes y en economía, menos (lo de siempre, que la inflación sube un 1% en el mes de febrero, que hay que apretarse el cinturón, etcétera).

Pienso que ha sido una alucinación auditiva, visual o de cualquier tipo. Lunes: pregunto a mis compañeros de trabajo y me dicen que sí, que se van a pagar los 30.000.000.000 de pesetas (¡uf!, cuántos ceros). Me vuelve el hervor de sangre, las venas apenas pueden, aguantar la presión. Y me decido a hacer uso del único recurso que me queda, el del pataleo.

Escribo a su periódico para expresar mi indignación por ese pago de deudas (?) (más bien derroche). Pienso que sí un empresario hace una mala gestión en su empresa y no puede afrontar los pagos, se le exigen responsabilidades penales, fli3cales y morales, y eso sí, el Estado no se hace cargo de reflotar su empresa.

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Pues bien, por qué no aplicar el mismo patrón de medida con esos clubes y se les lleva ante un tribunal para que respondan de ese dinero. En qué se lo han gastado y que lo justifiquen si es que existe alguna justificación posible.

Por qué no construir viviendas de protección oficial, de las que tan necesitados estamos los españoles. Treinta mil millones, divididos por ocho millones (precio de venta, que no de construcción, para una vivienda de 90 metros cuadrados) nos da la bonita cantidad de 3.750 viviendas, que, multiplicadas por aproximadamente cuatro personas que forman una unidad familiar, dan cobijo a 15.000 personas, más necesitadas que los directivos y otros vividores de ese mal llamado deporte (!) que es el fútbol.

En fin, el recurso del pataleo. Estudiaré la posibilidad de prorratearme esos 30.000.000.000 (demasiados ceros) de mi declaración de renta, con la posibilidad de que Hacienda me persiga como a un criminal por no pagar. ¡Qué le vamos a hacer! Vivimos, como se decía antes, en un país diferente.-

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