Cartas al director

Defensa de Nueva York

Me refiero al artículo de Albert Montagut, que publicaron el 19 de marzo, que por el título del mismo se supone trataría el tema de los vagabundos en el metro. No obstante, termina siendo una polémica de la gran ciudad de Nueva York, señalando los puntos adversos que cualquier observador indudablemente encuentra. La repercusión del SIDA y el cada vez más difícil problema de los que carecen de hogar son verdaderos aspectos de la vida en la metrópolis que merecen nuestra atención.La violencia ("l.896 asesinatos en 1989") es menor que en otras ciudades de EE UU cuando se expresa estadístic...

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Me refiero al artículo de Albert Montagut, que publicaron el 19 de marzo, que por el título del mismo se supone trataría el tema de los vagabundos en el metro. No obstante, termina siendo una polémica de la gran ciudad de Nueva York, señalando los puntos adversos que cualquier observador indudablemente encuentra. La repercusión del SIDA y el cada vez más difícil problema de los que carecen de hogar son verdaderos aspectos de la vida en la metrópolis que merecen nuestra atención.La violencia ("l.896 asesinatos en 1989") es menor que en otras ciudades de EE UU cuando se expresa estadísticamente en cifras relativas y no absolutas. Miami y Washington DC tienen más homicidios per cápita.

La observación sobre el aspecto visual y antihigiénico de los bancos en que duermen algunos de los vagabundos es sumamente exagerada. Los bancos, en su gran mayoría, son utilizados todos los días por los que dependen del metro para su movilidad, y no para albergue. La frase entre comillas pronunciada por un funcionario del sistema no es muy científica; las enfermedades contagiosas más graves no se comunican por contacto superficial, sea a través de bancos o retretes públicos.

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Nunca he sido gran defensor de Nueva York, ciudad en la que he vivido durante los últimos nueve años. Reconozco sus defectos. Al mismo tiempo reconozco sus virtudes. Una de ellas es la fuerza para absorber gente de todas partes del mundo, en muchos casos pobres y sin educación, y proporcionarles oportunidades para mejorar su vida en una sociedad económicamente fluida y estable. Nueva York sigue siendo el destino de muchos emigrantes, y no siempre cuenta con el apoyo financiero del Gobierno central en el proceso de acomodar a los recién llegados.-

Nueva York.

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