Tribuna:

Una semana "jodidísima"

Mediodía del Domingo de Resurrección. Aeropuerto de Madrid- Barajas, sin basuras, pero todavía con efluvios de la huelga. Rosendo Naseiro, la misma cazadora azul de gabardina con la que abandonó el juzgado de Valencia en libertad provisional el Viernes Santo por la noche, con la misma congestión facial y enrojecimiento que le son naturales y que traslucen una historia probada de cardiopatías, recoge su tarjeta de embarque del vuelo 402 a Alicante. Sólo le acompañan su oronda esposa, de negro y en silencio, y una maletita de mano.Nasciro, a pesar de insistir en que está bajo secreto sumarial de...

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Mediodía del Domingo de Resurrección. Aeropuerto de Madrid- Barajas, sin basuras, pero todavía con efluvios de la huelga. Rosendo Naseiro, la misma cazadora azul de gabardina con la que abandonó el juzgado de Valencia en libertad provisional el Viernes Santo por la noche, con la misma congestión facial y enrojecimiento que le son naturales y que traslucen una historia probada de cardiopatías, recoge su tarjeta de embarque del vuelo 402 a Alicante. Sólo le acompañan su oronda esposa, de negro y en silencio, y una maletita de mano.Nasciro, a pesar de insistir en que está bajo secreto sumarial decretado por el juez Manglano, no rehúye la conversación. Confía al periodista que ha pasado, en la cárcel de Valencia y durante nueve horas de interrogatorio a fondo, una semana "jodidísima". Ha sido llamado a Madrid por sus pares de la ejecutiva del PP, ansiosos por conocer el calado del caso que conmociona a España.

Naseiro, que insiste en que es un hombre corriente hecho a sí mismo, muestra evidentes síntomas de no haberse recuperado del peor trago de su vida. "Ni para los de ETA se debe aplicar la incomunicación". Pero fue su propio partido el que dio sus votos para esta reforma legal. "Yo no soy un jurista, y no lo sabía. Pero está mal. Es muy duro lo que he pasado". Naseiro explica al periodista que estos días no ha sido él mismo. "Creía que sí, y me sentía bien; no me han tratado mal, y así lo he hecho constar a preguntas del juez, pero estaba bajo un síndrome".

Desconcertado

Sin que nadie se lo pregunte, y mientras se acomoda en el asiento 4-C (ventanilla) del Boeing 727, insiste en que "no estoy en la derecha de mi partido, pero tampoco soy un hombre de izquierdas; vengo de una aldea, pero no creo en el colectivismo". El tesorero del Partido Popular parece desconcertado, protesta porque a los del puente aéreo a Barcelona les dan la Prensa antes de salir el avión, "y a nosotros, no". "¿No somos iguales todos los españoles?".

Una vez en el avión solicita ávido los periódicos, que un minuto antes ha dicho que no piensa leer en unos días. Durante los 45 minutos escasos del vuelo, aunque su mujer se queja de que sin gafas no van a poder hacerlo, el matrimonio Naseiro devora la. Prensa nacional. "¿Tú has dicho esto de que me trataron peor que a un terrorista?", le pregunta a su esposa cuando ve sus declaraciones en letra impresa.

El avión se descuelga sobre el Mediterráneo soleado y el responsable de finanzas del PP asegura que sólo piensa en descansar unos días.

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Empuñando su maletita, Rosendo Naseiro se despide confirmando que el juez Luis Manglano "estaba enterado" del caso y sabía lo que se traía entre manos.

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