La policía desarticula una organización gallega dedicada al tráfico de cocaína

El Servicio Central de Estupefacientes del Cuerpo Nacional de Policía ha desarticulado una organización gallega dedicada al tráfico de cocaína, lo que "supone el primer gran golpe a las antiguas redes de contrabandistas de tabaco que ahora se han reconvertido al narcotráfico", según fuentes policiales.En la operación, que ha durado dos meses, han sido decomisados cerca de 200 kilos de cocaína, parte de ellos en aguas internacionales próximas a Puerto Rico, en las que recientemente fue capturado por las autoridades norteamericanas el barco El Terral, con el que operaba la banda.
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El Servicio Central de Estupefacientes del Cuerpo Nacional de Policía ha desarticulado una organización gallega dedicada al tráfico de cocaína, lo que "supone el primer gran golpe a las antiguas redes de contrabandistas de tabaco que ahora se han reconvertido al narcotráfico", según fuentes policiales.En la operación, que ha durado dos meses, han sido decomisados cerca de 200 kilos de cocaína, parte de ellos en aguas internacionales próximas a Puerto Rico, en las que recientemente fue capturado por las autoridades norteamericanas el barco El Terral, con el que operaba la banda.

El punto final a las Investigaciones policiales, que se iniciaron a finales del mes de diciembre del año pasado, lo pone la captura de Ramiro García Domínguez, de 26 años, que se produjo el pasado sábado en la isla de La Teja.

García Domínguez, conocido como Pablo, está considerado por la policía como el presunto capo de la banda desmantelada. Pablo, que había sido detenido en 1983 por supuesta implicación en contrabando de tabaco y delitos monetarios, empezó a ser vigilado por el Servicio Central de Estupefacientes hace cuatro meses.

La organización operaba mediante el barco El Terral, con matrícula de Santander y base en La Guardia (Pontevedra), que el 19 de diciembre zarpó desde Arrecife (Lanzarote) al Caribe, donde cargó 250 kilos de cocaína, que luego alijó en Galicia.

El 17 de febrero la policía detuvo con 27 kilos de droga a los gallegos José Manuel Alén Alonso, Romerito, de 30 años, y a Manuel Romero Fernández, Pachín, de 20 años, presuntos integrantes de la organización.

El 5 de marzo, El Terral inició un nuevo viaje al Caribe para cargar 2.000 kilos de cocaína. Dos semanas después, mientras se hallaba en aguas internacionales cercanas a Puerto Rico, fue descubierto por guardacostas norteamericanos cuando la tripulación se dedicaba a recoger los paquetes que un avión iba arrojando desde el aire.

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Las autoridades estadounidenses informaron a España de lo que ocurría y pidieron autorización para intervenir. Cuando el destructor estadounidense US South Carolina se acercó al pésquero, los tripulantes empezaron a tirar al agua cientos y cientos de paquetes", que se hundieron en el mar, según han declarado los guardacostas.

Pese a ello, éstos recuperaron más de 80 kilos de cocaína y detuvieron a los 10 marineros (ocho gallegos, un portugués y el capitán, José Manuel Soriano Caballero, de 27 años, natural de Puerto de Santa María). Los 10 fueron trasladados a Madrid, después de haber estado retenidos en Puerto Rico desde el 1 de abril, y el sábado ingresaron en la cárcel de Carabanchel.

Operación frustrada

Aparentemente, la detención del barco y su tripulación por los norteamericanos dio al traste con una operación policial conjunta hispano-francesa, informa desde Washington Carlos Mendo. La droga fue recogida en la posesión gala de la Martinica, pero los franceses accedieron a una petición de no intervenir formulada por Madrid, con el fin de que la policia española pudiera conocer el destino firial de la mercancía.Agentes del Servicio Central de Estupefacientes y de las comisarías de Vigo y Pontevedra intensificaron entonces sus pesquisas tras la pista del capo Ramiro García, al que el pasado viernes localizaron cuando se reunía con dos individuos en Tuy (Pontevedra). Los tres lograron huir tras una accidentada persecución, aunque dejaron abandonado un coche con 90 kilos de cocaína. Sin embargo, Ramiro García, que vive en Sanjenjo y es propietario de dos empresas de alumnio, fue capturado el pasado sábado en La Toja.

Según los expertos antidroga, los antiguos contrabandistas gallegos actúan ahora como transportistas al servicio de los narcos colombianos. El pacto de cooperación entre unos y otros se basa en la fórmula uno por uno: los gallegos se quedan con la mitad de la droga que introducen en España como pago por su trabajo.

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