Moscú suelta Iastre

La capital soviética inicia su andadura de reformas apartada del monopolio comunista

La capital soviética, una metrópoli de nueve millones de personas lastrada por crónicos problemas de vivienda, servicios y contaminación, se dispone a iniciar un experimento único en la historia de la URSS tras las elecciones municipales del 4 de marzo que dieron la victoria a los reformistas del grupo Rusia Democrática.

Moscú, la ciudad de Leningrado y hasta cierto punto Sverdlovsk, en los Urales, van a convertirse en las primeras parcelas de poder real arrebatadas en Rusia al monopolio del PCUS, el partido que ha controlado toda la vida política soviética incluida la municipal. Se tra...

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La capital soviética, una metrópoli de nueve millones de personas lastrada por crónicos problemas de vivienda, servicios y contaminación, se dispone a iniciar un experimento único en la historia de la URSS tras las elecciones municipales del 4 de marzo que dieron la victoria a los reformistas del grupo Rusia Democrática.

Moscú, la ciudad de Leningrado y hasta cierto punto Sverdlovsk, en los Urales, van a convertirse en las primeras parcelas de poder real arrebatadas en Rusia al monopolio del PCUS, el partido que ha controlado toda la vida política soviética incluida la municipal. Se trata de un serio desaflo, por cuanto los bastiones democráticos rusos van a insertarse, como cuerpos extraños, en un entorno altamente conservador y en un sistema cuyos mecanismos responden al régimen existente antes de la perestroika.Para el cargo de alcalde de Moscú, que será nombrado en la primera reunión del nuevo Ayuntamiento el 16 de abril, se barajan hoy dos nombres, el del economista Gavril Popov, y el politólogo Serguei Stankevich, ambos miembros del Parlamento soviético y del Grupo Interregional de. Diputados (reformista).

Del medio millar de diputados que constituyen el nuevo Parlamento moscovita (el Mossoviet), 283 son de Rusia Democrática y se agrupan en varias corrientes de pensamiento político distintas, desde los socialdemócratas a los verdes, pasando por los liberales. Ello da a Rusia Democrática la posibilidad de formar la dirección del Ayuntamiento exclusivamente con sus propios miembros. "Pero no vamos a hacerlo. Hemos decidido actuar de otro modo y dar la posibilidad de estar representados a todos los grupos existentes en el Mossoviet", dice Serguei Stankevich, a quien EL PAÍS entrevistó en los pasillos del Soviet Supremo de la URSS.

En los locales del Ayuntamiento de Moscú, los futuros inquilinos trabajan ya febrilmente. Preparan un plan de medidas urgentes que deben mostrar, según Stankevich, "las diferencias entre el nuevo poder democrático y el anterior aparato". Entre estas medidas, Rusia Democrática se dispone a anular una decisión del anterior Ayuntamiento que, "en una transacción ilegal", hace sólo un mes entregó 34 edificios de Moscú a los comités de distrito del PCUS, dice Stankevich.

Según la práctica hasta ahora habitual, los comités de distrito del PCUS compartían edificio con los ayuntamientos de barrio. La cuestión de la propiedad de bienes, que, como edificios o periódicos, eran antes comunes, dado el papel de monopolio del PCUS, se plantea ahora como uno de los conflictos que enfrentará al nuevo municipio con la estructura municipal del partido de Moscú. Esta estructura está dirigida por Yuri Prokofiev, que es también diputado de la asamblea municipal.

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Entre las medidas urgentes que ha previsto Rusia Democrática figura la entrega de edificios para atender necesidades inmediatas (escuelas, maternidades o tiendas) y conseguir que las clínicas y servicios de las instituciones ricas" en la capital sean accesibles a todos los moscovitas de a pie. Se quiere también ayudar a las empresas instaladas en territorio de Moscú que lo deseen a independizarse del Estado y a pasar a un sistema de arriendo. "Ahora los ministerios no dan prácticamente a nadie tal posibilidad.

Seremos intermediarios entre las empresas moscovitas y la Administración".

El sistema impositivo existente no permite al Ayuntamiento introducir nuevos impuestos sobre las empresas, pero el nuevo equipo intentará que los impuestos se queden en la caja municipal, afirma Stankevich. "Tenemos la intención de incrementar seriamente el presupuesto del Ayuntamiento mediante la actividad económica independiente. Vamos a crear empresas municipales que actuarán de acuerdo con el mercado. Estas empresas producirán ingresos para el erario municipal y con el tiempo dejarán el Ayuntamiento y se harán independientes. Así, a través del Ayuntamiento contribuiremos al desarrollo de una actividad económica independiente del Estado".

El nuevo equipo municipal no tiene aún una clara idea de quiénes son los dueños del territorio urbano desde donde se dirigen los destinos de la URSS, un territorio donde hay barrios enteros copados prácticamente por instituciones militares o del Comité de Seguridad del Estado, el KGB. "Creo que miraremos muy detalladamente la actual distribución del territorio de Moscú, haremos una revisión muy concienzuda de lo que pertenece a cada cual y actuaremos de acuerdo con los intereses de los moscovitas. La omnipotencia de la Administración en el territorio de Moscú tocará a su fin próximamente", asegura.

En lo que se refiere al funcionariado del Ayuntamiento que teme por sus puestos, Stankevich manifiesta que se van a estudiar a fondo las anteriores actividades y añade: "Muchos profesionales se quedarán en sus puestos, porque necesitamos profesionales que conozcan los problemas y servicips concretos de Moscú. Otra parte serán sustituidos, especialmente los que están mezclados con temas de corrupción y en la toma de decisiones que van en contra de los intereses de Moscú. Además, esperamos preparar en un plazo corto un nuevo cuerpo de jóvenes administradores que se formarán incluso con estancias en el extranjero".

El aparato administrativo, sin embargo, se resiste a perder posiciones, y Stankevich cree que "el boicoteo, hasta cierto punto, ya ha comenzado". "No nos dan mucha informacion, dice, sabotean nuestras decisiones y propuestas. Tenemos varias advertencias de huelgas de servicios municipales. Se perfila lo que, cargando las tintas, podríamos denominar como la variante chilena, cuando en aquel país se preparaban huelgas para paralizar al nuevo poder. Pero creo que nos sobrará valor, determinación y capacidad política para superar estos obstáculos. En último extremo, siempre nos queda la posibilidad de dirigirnos a los moscovitas directamente".

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