El ex director de la clínica La Fe, juzgado por intrusismo y homicidio
El fiscal de la Audiencia de Madrid pidió ayer 22 años de prisión para Miguel Angel Ruano Alvarez, ex director de la clínica La Fé, de Madrid, al que acusó de intrusismo en la profesión médica y del homicidio de tina anciana a la que previamente habría despojado de cuatro millones de su cuenta corriente.Según el fiscal, para evitar que su "operación bancaria" fuera descubierta, Ruano inyectó a la anciana María Cristina Crerar Chávarri fuertes dosis de sedantes y continuó en la misma actitud hasta que la anciana falleció.
El procesado dijo a los jueces que trabajaba como gerente y nunca ...
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El fiscal de la Audiencia de Madrid pidió ayer 22 años de prisión para Miguel Angel Ruano Alvarez, ex director de la clínica La Fé, de Madrid, al que acusó de intrusismo en la profesión médica y del homicidio de tina anciana a la que previamente habría despojado de cuatro millones de su cuenta corriente.Según el fiscal, para evitar que su "operación bancaria" fuera descubierta, Ruano inyectó a la anciana María Cristina Crerar Chávarri fuertes dosis de sedantes y continuó en la misma actitud hasta que la anciana falleció.
El procesado dijo a los jueces que trabajaba como gerente y nunca afirmó que fuese médico, ni realizó actos propios de la profesión médica. También sostuvo que la señora Crerar le apoderó para pasar los cuatro millones a una cuenta conjunta, a fin de pagar los servicios de la clínica.
Sin embargo, los médicos y empleados de la clínica coincidieron en que al acusado le conocían como "doctor Ruano", pasaba consulta médica y atendió personalmente a la paciente. El celador confirmó que la anciana sufrió una caída al salir de la clínica: "Decía que la habían robado más de tres millones y que iba a denunciarlo a la Policía. Ruano dio instrucciones de no dejarla salir". Dos auxiliares y una señora de compañía declararon haber visto a Ruano inyectar a la anciana en varias ocasiones.
Una doctora que vio las dosis prescritas por Ruano comentó que eran "una burrada". Los peritos no pudieron confirmar que los fármacos ocasionasen el fallecimiento, pero insistieron en que la enferma, de 84 años, precisaba cuidados profesionales.