Cartas al director

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Juan Benet escribía el pasado 27 de febrero un bienintencionado y enjundioso artículo sobre la presa de La Serena en las páginas de Opinión de ese diario.Se lamentaba el escritor madrileño de la escasa atención que los medios de información habían dedicado a la inauguración por los Reyes del mayor pantano de España y el segundo de Europa, en la provincia de Badajoz, acusando a esos medios del desinterés que manifiestan los periodistas por los temas que se aparten de "crisis, escándalos o trapos sucios", Uno, que se acerca. estoicamente todos los días con cierto hastío al quiosco de prensa, deb...

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Juan Benet escribía el pasado 27 de febrero un bienintencionado y enjundioso artículo sobre la presa de La Serena en las páginas de Opinión de ese diario.Se lamentaba el escritor madrileño de la escasa atención que los medios de información habían dedicado a la inauguración por los Reyes del mayor pantano de España y el segundo de Europa, en la provincia de Badajoz, acusando a esos medios del desinterés que manifiestan los periodistas por los temas que se aparten de "crisis, escándalos o trapos sucios", Uno, que se acerca. estoicamente todos los días con cierto hastío al quiosco de prensa, debe conformarse con los, mismos temas de los mismos personajes de siempre.

Los hombres y mujeres afectados por el embalse de La Serena sí se opusieron a su construcción desde el preciso momento que conocieron el rumor. Sabían que las tierras que habían cultivado durante siglos iban a desaparecer. El rechazo fue general, porque, aunque como escribe Benet, no ha inundado "ningún pueblo o caserío de cierto nombre", es igualmente cierto que poblaciones como Capilla o Peñalsordo, con una economía basada fundamentalmente en el cultivo de sus vegas, con la construcción de la presa han perdido prácticamente todas sus fuentes de recursos, al inundarles las tierras más fértiles, quedando a flote los eriazos. Así, a pesar del malestar reinante entre estas gentes, de la recogida de firmas, de la protesta personal interna, de su desconsuelo y del derecho de pataleo..., estos habitantes no encontraron ningún vocero "al estilo mandarín" que hubiese sabido o querido recoger y canalizar en la llamada Prensa nacional (?) e independiente (?) ese descontento generalizado.

La razón del desinterés por el tema está en que Extremadura, para los informadores de la capital, no genera noticias. Los periodistas dipen qué es y qué no es noticia. No se habla de autodeterminación, no hay partidos abertzales, ni se ponen bombas, ni hay corrupciones sobresalientes, ni escándalos de gentes importantes... Extremadura, informativamente, no interesa.

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Yo, como tantos extremeños, estoy en desacuerdo. En Extremadura sí se producen noticias de interés, por más que los medios de comunicación no quieran darlas. Por lo que respecta al tema de La Serena, vaya esta noticia. A pesar de los 12.000 millones de pesetas que ha costado la presa, de los 200 kilómetros del perímetro que abraza las 13.000 hectáreas de espejo de agua, del potencial de las 50.000 hectáreas de nuevos regadíos, del incremento hidráulico que supondrá para el país este mayor pantano de España y segundo de Europa..., que ya deberían ser noticias de primera página, aún es más noticia que los cientos de afectados por la expropiación forzosa de sus tierras, de sus escasos recursos económicos, aún no hayan cobrado un duro por esa expropiación. Y esto, para los hombres y mujeres de estos pueblos, con el embalse ya inaugurado, sí que es importante, yo diría que trascendente, noticia.-

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