España abre un nuevo frente para obtener concesiones de Londres sobre Gibraltar

El Gobierno español ha abierto un nuevo frente de batalla para intentar un avance en sus reivindicaciones sobre Gibraltar: la denuncia de la creciente utilización de la colonia británica para el narcotráfico. El ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, reiterará esta acusación, al recibir hoy en el palacio de Santa Cruz a su homólogo británico, Douglas Hard. El secretario del Foreign Office también se entrevistará con el rey Juan Carlos y el presidente Felipe González.

El jefe de la diplomacia española fue justamente el primero, hace un mes, en revelar públic...

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El Gobierno español ha abierto un nuevo frente de batalla para intentar un avance en sus reivindicaciones sobre Gibraltar: la denuncia de la creciente utilización de la colonia británica para el narcotráfico. El ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, reiterará esta acusación, al recibir hoy en el palacio de Santa Cruz a su homólogo británico, Douglas Hard. El secretario del Foreign Office también se entrevistará con el rey Juan Carlos y el presidente Felipe González.

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El jefe de la diplomacia española fue justamente el primero, hace un mes, en revelar públicamente que el Peñón es "una plataforma de contrabando no sólo de tabaco sino (le droga" y que se está convirtiendo en "un centro de blanqueo del dinero generado por los estupefacientes". La semana pasada su denuncia fue secundada por el titular de Sanidad, Jullán García Vargas, ante la Asamblea General de la ONU."Nos parece perjudicial para las relaciones bilaterales", se contesta a estas acusaciones en la Embajada británica en Madrid, "que el Gobierno español formule denuncias vagas sin concretar nombres de sociedades y personas involucradas con el narcotráfico". "Cuando nos proporcione datos, entonces actuaremos con tanta más energía, puesto que nuestra legislación es muy rigurosa".

Los dos ministros españoles no poseen pruebas, sino serios indicios sobre lo que sucede al amparo de la permisiva legisla-

elón f Íera y fiscal del Pe-

inanci ñon, y para lograr la confirmación de sus sospechas esperan contar con la cooperación de las autoridades británicas. "SI ellos permanecen de brazos cruzados y no colaboran, no lograremos cazar a nadie", asegura un diplomático español, "porque solos dificilmente obtendremos evidencias".

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Las autoridades británicas han reconocido hasta ahora la utilización de la colonia para el contrabando y, a diferencia del Gobierno gibraltareño, que encabeza Joe Bossano, no desmienten que empiece a estar infectada por el narcotráfico. El primer fenómeno, admitió en un discurso el gobenador de la colonia, almirante Derck Reffell, "es hoy cinco veces mayorque hace un año", y a renglón seguido se preguntó: "¿Podemos garantizar que no exista conexion entre el contrabando de tabaco y el narcotráfico?" Pero se abstuvo de contestar.Para intentar frenar el con trabando de 91 millones de ea jetillas al año, el Gobierno de Bossano tomó el 15 de febrero una serie de medidas, y Reffell anunció que las autoridades británicas también tenían en cartera otras disposiciones para erradicar un fenómeno que "daña la reputación de Gibraltar ( ... )".

Autosuficiencia

La adopción de medidas paralelas, por parte de los responsables gibraltareños, para combatir el blanqueo del dinero parece, sin embargo, más difícil, porque el objetivo de Bossano es lograr la autosuficiencia del Peñón y esto requiere convertirlo en un paraíso fiscal, con todas las garantías de secreto bancario y opacidad de transacciones que conllevan estas plazas. Los británicos están, en cambio, dispuestos a ampliar al Peñón el convenio con España sobre narcotráfico y revindican incluso la paternidad de esta idea que Fernández Ordóñez también se atribuye.Con su denuncia del narcotráfico, el Gobierno español pretende no sólo poner el dedo en la llaga de un fenómeno alarmante, sino intentar evitar que la colonia sea autosuficiente porqUe así estará menos tentada por la independencia cuando el Reino Unido se canse de poseer la última colonia en la Europa de la concordia. "Le diré a Hurd", afirma Fernández Ordóñez, "que cuando se cae el muro de Berlín es una vergüenza que subsista la verja".

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