La ruptura del 'ni-ni'

La firma del acuerdo entre el constructor sueco de automóviles Volvo y el francés Renault fue interpretada ayer en París, de modo unánime, como una privatización parcial de la compañía francesa. Las cláusulas del acuerdo -participación de cada grupo en las acciones del otro- significan la primera ruptura del principio "ni nacionalizaciones ni privatizaciones", enunciado por el presidente francés François Mitterrand al presentar en el año 1988 a los franceses su candidatura a un segundo septenato en el Elíseo.La ruptura de ese principio -popularmente conocido en Francia como ni-ni -ha pr...

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La firma del acuerdo entre el constructor sueco de automóviles Volvo y el francés Renault fue interpretada ayer en París, de modo unánime, como una privatización parcial de la compañía francesa. Las cláusulas del acuerdo -participación de cada grupo en las acciones del otro- significan la primera ruptura del principio "ni nacionalizaciones ni privatizaciones", enunciado por el presidente francés François Mitterrand al presentar en el año 1988 a los franceses su candidatura a un segundo septenato en el Elíseo.La ruptura de ese principio -popularmente conocido en Francia como ni-ni -ha provocado una gran agitación en el seno del partido socialista, en el poder. El pasado lunes, el primer ministro, Michel Rocard, convocó en Matignon a los líderes de las principales tendencias de su partido para informarles de la inminencia del acuerdo de la por completo nacionalizada Renault con el grupo privado sueco Volvo.

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El acuerdo Volvo-Renault, señalaba ayer el diario Libératión, "puede provocar una tormenta en el próximo congreso del partido socialista". Ese congreso se celebrará a mediados del mes próximo, y ya ha provocado una gran batalla entre los barones del partido respecto a la sucesión futura del presidente Mitterrand.

"Rocard ha decidido finalmente el comienzo de una cierta privatización de Renault", escribía Le Monde en su edición de la tarde de ayer. El periódico justificaba esa decisión por la necesidad de "hacer frente a la ofensiva japonesa". El periódico conservador Le Figaro se felicitaba de la ruptura del principio ni-ni, que calificaba de "freno de la política de desarrollo industríal y financiera de las grandes empresas públicas francesas".

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