Cartas al director

Ayudar al disléxico

El día 1 de febrero de 1990, EL PAÍS publicó una carta firmada por la madre de un niño de seis años, en la que se relataba la odisea de su hijo con una profesora de instituto poco sensible o quizá desconocedora de lo que son los problernas de niños con dificultad de aprendizaje, hoy en día conocidos por problernas de dislexia. Como presidente de la Asociación DDA (asociación de padres de niños con dislexia y con dificultad de aprendizaje), y miembro de la Fundación Centro de Estudios (centro dedicado a ayudar casos como el de Alberto), me he sentido muy compenetrada con la madre. Me gustaría q...

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El día 1 de febrero de 1990, EL PAÍS publicó una carta firmada por la madre de un niño de seis años, en la que se relataba la odisea de su hijo con una profesora de instituto poco sensible o quizá desconocedora de lo que son los problernas de niños con dificultad de aprendizaje, hoy en día conocidos por problernas de dislexia. Como presidente de la Asociación DDA (asociación de padres de niños con dislexia y con dificultad de aprendizaje), y miembro de la Fundación Centro de Estudios (centro dedicado a ayudar casos como el de Alberto), me he sentido muy compenetrada con la madre. Me gustaría que supiera de nuestra existencia. Por favor, tenga la amabilidad de publicar esta carta y este teléfono: 279 97 96.Cada día surgen más casos de dislexía: hay que ayudar a estos niños, que son inteligentes, pero que aprenden de forma diferente y que la sociedad califica desde temprana edad como desastres, tontos, inútiles. Colabora así, al catalogarlos, para hacer de ellos unosfracasados, les niega el derecho a frecuentar una escuela normal, les margina. Al final, con un poco de mala suerte, muchos de estos niños acaban en la espiral que les lleva a la delincuencia y a la droga-

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