UNA NUEVA EUROPA

El general duerme tranquilo

Suspendidos los ejercicios militares que simularían una crisis en el seno de la OTAN

"De noche, acostado, permanezco despierto pensando en todas las maneras en que los acontecimientos pueden salirse de madre". Hacia el verano pasado, cuando realizó estas declaraciones, el comandante supremo de la OTAN en Europa, general John Galvin, podía padecer de insomnio. Desde la apertura del muro de Berlín, pareció dormir mejor y, según sus portavoces, "ya no lo siente de esa manera; se muestra mucho más optimista, dentro de la natural cautela".

Los acontecimientos en el Este han llevado ya a una medida concreta, a petición de la República Federal de Alemania: la suspensión este a...

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"De noche, acostado, permanezco despierto pensando en todas las maneras en que los acontecimientos pueden salirse de madre". Hacia el verano pasado, cuando realizó estas declaraciones, el comandante supremo de la OTAN en Europa, general John Galvin, podía padecer de insomnio. Desde la apertura del muro de Berlín, pareció dormir mejor y, según sus portavoces, "ya no lo siente de esa manera; se muestra mucho más optimista, dentro de la natural cautela".

Los acontecimientos en el Este han llevado ya a una medida concreta, a petición de la República Federal de Alemania: la suspensión este año de los ejercicios Hilex. Estos ejercicios de simulación de crisis, que se celebran en años pares, involucran a los estados mayores y las administraciones de los países de la OTAN. Se basan sobre escenarios concretos que, en más de una ocasión, han sido objeto de filtraciones.En años pares se celebran ejercicios Hilex y en años impares, Wintex, de mayor envergadura, aunque siempre sin movimiento real de tropas.

En 1989, el escenario del ejercicio Wintex -elaborado por los mandos militares de la OTAN- se iniciaba con movimientos de inestabilidad en los Balcanes que llevaban a un enfrentamiento entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.

En esta ocasión, el ejercicio teórico terminaba con un primer disparo nuclear por parte de la OTAN, contestado por los soviéticos, y replicado por una tercera salva atómica occidental.

El pasado jueves, un portavoz de la OTAN manifestó que "a la luz de los desarrollos internacionales se ha decidido que no resultaría apropiado llevar a cabo en la actualidad el ejercicio de gestión de crisis Hilex 14".

Los alemanes occidentales, indican fuentes de la OTAN, no querían que se repitiese este tipo de escenario y menos aún que trascendiera al público.

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Por ello Bonn pidió la suspensión del 14º ejercicio Hilex, que finalmente queda limitado al personal militar en la OTAN, sin supuestos políticos. Por otra parte, algunos países, entre ellos Estados Unidos, han querido que estos escenarios cubran también Nicaragua.

Gorbachov cumple

Aunque "hay cierto temor latente y nadie [por parte occidental] está dispuesto a bajar la guardia", indican medios próximos a la OTAN, reina la calma incluso con la incertidumbre que rodea a la figura de Gorbachov.

La posibilidad de un ataque por sorpresa ha quedado casi eliminada con las reducciones unilaterales soviéticas", declaran medios atlánticos que recalcan además la desintegración militar de hecho del Pacto de Varsovia.

William Webster, directo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana, testimoniaba ante el Congreso el pasado 23 de enero que la reducción unilateral de fuerzas de la URSS en el teatro europeo durante el año pasado "parece seguir la pauta de lo que prometió el presidente Gorbachov en su discurso en las Naciones Unidas. Como resultado, se ha reducido la fuerza y la capacidad soviéticas y del Pacto de Varsovia.

Las reducciones alargan probablemente el tiempo necesario para que los soviéticos movilizaran sus fuerzas para cualquier ataque a gran escala en Europa.

Además, añadía Webster, "la influencia militar soviética en Europa oriental está disminuyendo rápidamente". Y concluía: "No es probable que Moscú se sienta seguro de la disposición de Europa oriental a responder a los requerimientos soviéticos".

François de Heisbourg, director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) en Londres, consideraba recientemente como escenario catastrófico más probable, en el que recree mucho, el siguiente: se produce una desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos. Ello lleva a potenciar las tendencias proteccionistas y las guerras comerciales con sus aliados, lo que conduce a una recesión general.

En esta situación, se reduce dramáticamente la posibilidad de ayuda económica occidental al Este.

Las democracias en el Este, que por fin han logrado ver la luz, se derrumban y dan paso a autocracias nacionalistas, juntándose con la implosión de las nacionalidades en la URSS. Y se pierde el control de los acontecimientos.

A pesar de que, según el director de la CIA, la URSS ha seguido modernizando sus armas nucleares, en este terreno EE UU está relajando la guardia.

Si anteriormente siempre había al menos un avión Looking Glass del Mando Aéreo Estratégico (SAC) de EE UU en vuelo para garantizar el eventual control de una guerra nuclear, éste ya no es el caso. El grado de alerta se ha reducido considerablemente.

En algunos medios ha causado sin embargo cierta preocupación la posibilidad de un proceso revolucionario o de levantamiento popular en un país con armas nucleares. La cuestión ya se planteó para el caso de China cuando los sucesos de Tiananmen.

Ahora estos temores se han vuelto a plantear en el caso de Azerbaiyán, ya que cerca de Bakú hay una importante base de armas nucleares. No obstante, según The New York Times son varios los expertos que consideran que estas armas, bajo control de tropas especiales del Comité Estatal de Seguridad (KGB), están bastante seguras y protegidas, se supone, por medio de códigos.

Ese diario norteamericano recuerda que es el "primer ejemplo de un imperio con armas nucleares que se desintegra". Pero como recuerda un experto, "las armas nucleares vuelven prudentes a sus poseedores".

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