El ajuste entre la prórroga y los presupuestos

La aprobación de los presupuestos de este año, que se han analizado en los dos últinios Consejos de Ministros, no será efectiva hasta el verano. Hasta el día después de su aprobación por parte del Parlamento estará en vigor la prórroga de los anteriores, convalidados en las Cortes a principios de este mes.

El primer efecto de la prórroga es que hasta la aprobación definitiva de los presupuestos no se hará efectiva la modificación de las retenciones anunciada por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, para este año. Esto significa que hasta julio los aumentos salariales recibidos...

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La aprobación de los presupuestos de este año, que se han analizado en los dos últinios Consejos de Ministros, no será efectiva hasta el verano. Hasta el día después de su aprobación por parte del Parlamento estará en vigor la prórroga de los anteriores, convalidados en las Cortes a principios de este mes.

El primer efecto de la prórroga es que hasta la aprobación definitiva de los presupuestos no se hará efectiva la modificación de las retenciones anunciada por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, para este año. Esto significa que hasta julio los aumentos salariales recibidos para recuperar la pérdida de poder adquisitivo con la inflación se traladarán a las retenciones -en algún caso, con saltos en la tabla- y, por tanto, a los ingresos tributarios a cuenta. Parte de esos ingresos serán devoluciones en 1991 pero en este año serán una fuente de ingresos públicos adicional.

En el lado de los gastos, la prórroga equivale a la apertura de una línea de crédito a las distintas secciones de la Administración por el importe presupuestado como gasto el año pasado. Posteriormente, con los presupuestos definitivos, habrá que minorar el gasto aprobado con todo el que ya se haya efectuado atendiendo a los créditos de 1989.

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