Profesionales, sólo en Colombia

GRAHAM TURNER Cualquier debate sobre la profesionalización de los colegiados, que no es nuevo en el fútbol español, parte de la presunción de que tal circunstancia está muy extendida por el mundo. Y nada hay más incierto. Según datos de la propia FIFA, profesionalización arbitral sólo cabe encontrarla en un país, Colombia, cuyo fútbol está sujeto a unas consideraciones especiales. Ni Inglaterra, ni el resto de Europa, ha intentado aún esa fórmula. Y algún país, también en condiciones muy ocasionales, ha practicado una variante, la importación de árbitros. Ese país no es de nuestro entorno. Es ...

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GRAHAM TURNER Cualquier debate sobre la profesionalización de los colegiados, que no es nuevo en el fútbol español, parte de la presunción de que tal circunstancia está muy extendida por el mundo. Y nada hay más incierto. Según datos de la propia FIFA, profesionalización arbitral sólo cabe encontrarla en un país, Colombia, cuyo fútbol está sujeto a unas consideraciones especiales. Ni Inglaterra, ni el resto de Europa, ha intentado aún esa fórmula. Y algún país, también en condiciones muy ocasionales, ha practicado una variante, la importación de árbitros. Ese país no es de nuestro entorno. Es Egipto.

En Colombia se profesionalizó a los árbitros para impedir que sus carencias económicas les colocaran en una situación más sensible para atender las demandas de algún club. Colombia llegó a importar colegiados de Argentina, Brasil y Uruguay, entre otras naciones, y a practicar la curiosa fórmula de designar a tres árbitros para determinados partidos; unos minutos antes de que comenzara el encuentro se sorteaba, en el mismo estadio, quién de los tres arbitraba y así se evitaban las tentaciones de compra. Las últimas noticias que se tienen de Colombia hablan de una Liga suspendida a causa del asesinato de un colegiado.

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El caso egipcio es igualmente curioso. La federación suele contratar a colegiados extranjeros para los choques fundamentales, sobre todo los que celebran los dos grandes equipos, el Nacional y el Zamalek. El campeonato del año pasado lo ganó el Nacional, y el encuentro decisivo, ante el Zamalek, lo arbitró un griego.

Por otro lado, siempre que se ha hablado de profesionahzación se toca el caso inglés, pero en Inglaterra los árbitros no son profesionales. Sí hay un matiz, sin embargo: no están sujetos a la disciplina de la federación, sino de la Liga Profesional. Para los 92 clubes profesionales, repartidos en cuatro divisiones, hay 90 árbitros, los cuales pueden dirigir en la misma semana partidos de primera y de cuarta categoría; cobran por ello 12.000 pesetas, comida y transporte aparte. Es el Comité Ejecutivo de la Liga quien designa, en una reunión mensual, los colegiados para cada encuentro y aplica un erlterio lógico: los mejores para los grandes choques.

Así pues, si el debate no es nuevo, las referencias que sirvan para enriquecerlo resultan bien escasas. Y para remate, dos argumentos más: primero, la FIFA nada reglamenta sobre el asunto. Y, segundo, los colegiados españoles, que reciben 40.000 pesetas por dirigir un encuentro, son, junto con los de la RFA, los que más dinero reciben por partido.

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