El polícía de Barcelona murió al cometer un error con las sustancias explosivas que manejaba

El inspector de policía de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) Francisco Solís Rolo, de 30 años, falleció el pasado miércoles a causa del error que cometió al manipular imprudentemente en su domicilio sustancias químicas que originaron una explosión, según los investigadores. Solís era aficionado a experimentar con productos de ese tipo.

Su hijo Francisco Solís Ruiz, de seis años, que estaba con el inspector mientras éste realizaba sus experimentos, experimentó ayer una leve mejoría dentro de la gravedad, según señala el parte médico facilitado ayer por el hospital Sant Joan de Déu,...

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El inspector de policía de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) Francisco Solís Rolo, de 30 años, falleció el pasado miércoles a causa del error que cometió al manipular imprudentemente en su domicilio sustancias químicas que originaron una explosión, según los investigadores. Solís era aficionado a experimentar con productos de ese tipo.

Su hijo Francisco Solís Ruiz, de seis años, que estaba con el inspector mientras éste realizaba sus experimentos, experimentó ayer una leve mejoría dentro de la gravedad, según señala el parte médico facilitado ayer por el hospital Sant Joan de Déu, donde fue operado en la noche del miércoles. Los médicos aseguraron que el pequeño se encontraba en un proceso de estabilidad clínica y que su hemorragia pulmonar había cedido ligeramente.Los investigadores afirman que el policía estaba junto a su hijo mayor -el fallecido tenía otro hijo de meses- en una pequeña habitación de cuatro metros cuadrados. En ella había un mueble que la familia utilizaba corro biblioteca y del que salía una pequeña repisa donde Solís Rolo realizaba sus pruebas. Los investigadores han localizado una docena de pequeños botes de mermelada que contenían diversos productos como potasio, mercurio, ácido píprico (los dos primeros explotan cuando se mezclan y el tercero es detonante) y cloratos y diferentes componentes eléctricos. Todas estas sustancias se pueden adquirir en pequeñas cantidades en farmacias y droguerías. En el suelo aparecieron esparcidos los apuntes de la Escuela de Policía sobre explosivos y revistas sobre la misma materia.

La hipótesis que está cobrando más fuerza entre los investigadores es que el inspector, que ingresó en el cuerpo en 1982, cometió una imprudencia al cerrar uno de los botes que contenía las sustancias detonantes. Las mismas fuentes sostienen que en el borde del frasco pudieron quedar restos de ese componente químico que, al entrar en contacto con la tapa de metal, causaron la deflagración. Portavoces policiales no pudieron precisar ayer qué pretendía realizar el inspector con sus prácticas.

La inexistencia de metralla y detonadores -aparatos que sirven para confeccionar un artefacto explosivo- y la escasa cantidad que guardaba en cada frasco han conducido a descartar radicalmente que pudiera estar vinculado a algún grupo terrorista, señalan las mismas fuentes.

Solís Rolo sufrió heridas de extrema gravedad ocasionadas por la deflagración, cuya onda acuerdo con el informe de la autopsia practicada ayer. El inspector ingresó el miércoles por la tarde en el hospital Príncipes de España de Bellvitge, donde fue operado. Tras ser internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del citado centro, falleció pocas horas después. El funeral se celebró ayer en la capilla del hospital. Sus restos mortales fueron trasladados a su localidad natal, Carmonita (Badajoz), donde será enterrado hoy.

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