La presidencia francesa asume 'retocar' la Carta Social

"El proyecto de Carta Social aprobado por la Comisión Europea no será el que yo someteré al Consejo de Ministros de Asuntos Sociales el próximo 30 de octubre", según manifestó a los sindicatos el titular francés de Trabajo, Jean-Pierre Soisson. Esta reacción ha sido, considerada como "un primer triunfo" por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que anteayer convocó en Bruselas una concentración de 10.000 delegados sindicales de toda Europa para protestar contra el actual proyecto de derechos fundamentales de los trabajadores.Francia, que desempeña este semestre la presidencia de...

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"El proyecto de Carta Social aprobado por la Comisión Europea no será el que yo someteré al Consejo de Ministros de Asuntos Sociales el próximo 30 de octubre", según manifestó a los sindicatos el titular francés de Trabajo, Jean-Pierre Soisson. Esta reacción ha sido, considerada como "un primer triunfo" por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que anteayer convocó en Bruselas una concentración de 10.000 delegados sindicales de toda Europa para protestar contra el actual proyecto de derechos fundamentales de los trabajadores.Francia, que desempeña este semestre la presidencia de turno de la CE, ha elegido la aprobación de la Carta Social como la principal prioridad de su mandato comunitario. Y el próximo Consejo de Ministros de Trabajo de la CE debe establecer el texto de consenso que se elevará a la cumbre de Estrasburgo el 8 y 9 de diciembre.

El Gobierno francés ha comunicado a la CES que los artículos 5 y 6 del proyecto, principalmente, "serán profundamente modificados". En esos artículos la igualdad de trato entre trabajadores comunitarios de un país distinto al de acogida se llimita a los fijos y no será de aplicación para los que tienen un contrato temporal. Para la CES, estos dos artículos son "una verdadera declaración de guerra porque leggitiman el dumping social".

Soisson se mostró partidario de un texto que tome en consideración "los derechos de los trabajadores y que concrete más claramente la forma en que la competitívidad de las empresas debe ser preservada y refórzada". En cuanto al veto británico, el ministro francés comunicó a la CES que el intento del consenso no pasaría por una de sn aturaliz ación de la carta y un texto "sin relieve y sin significación política". "Si el acuerdo a 12 no es posible", añadió, "deseo que nos apoyen el mayor número de países". Aparte de la radical oposición del Reino Unido, Irlanda, Portugal y Dinamarca defienden una formulación de los principios sociales fundamentales más flexible que la que postula la RFA, por ejemplo.

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