Paralizado un colegio en Málaga para impedir que asistan a clase 14 niños de un poblado marginal

Los 800 alumnos del colegio José Calderon Púa, de la barriada malagueña de Campanillas, llevan 10 días sin asistir a clase al impedírselo sus padres, para tratar de evitar así la escolarización en el centro de 14 niños, de entre cuatro y 12 años de edad, vecinos del poblado marginal de Los Asperones. Los 51 niños del poblado han dejado también de ir a sus colegios; para solidarizarse con sus compañeros.

Durante estos 10 días los padres han mantenido las puertas del colegio cerradas con cadenas, se concentraron junto a ellas y cortaron la carretera para mostrar su disconformidad con la e...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los 800 alumnos del colegio José Calderon Púa, de la barriada malagueña de Campanillas, llevan 10 días sin asistir a clase al impedírselo sus padres, para tratar de evitar así la escolarización en el centro de 14 niños, de entre cuatro y 12 años de edad, vecinos del poblado marginal de Los Asperones. Los 51 niños del poblado han dejado también de ir a sus colegios; para solidarizarse con sus compañeros.

Durante estos 10 días los padres han mantenido las puertas del colegio cerradas con cadenas, se concentraron junto a ellas y cortaron la carretera para mostrar su disconformidad con la escolarización de los niños, seis de ellos gitanos.El motivo que alegan es la masificación del centro, problema que existe realmente dado que de las 16 unidades iniciales ha pasado ha tener 31, algunas de ellas habilitadas en los laboratorios, en la biblioteca y en el comedor, donde un grupo de niños de primero asisten a clase separados; por un tablón de la zona de comidas.

El conflicto del colegio Calderón Púa comenzó el pasado 20 de septiembre cuando un grupo de madres de alumnos se concentraron en la puerta del centro para impedir la entrada de los niños de Los Asperones, inscritos formalmente en el colegio. Desde ese momento las madres quisieron dejar claro que no era un problema racial, sino de saturación del centro, a pesar de que 14 niños más repartidos entre 31 unidades no agravaría mucho más la situación de éste.

El pasado lunes por la noche se llegó a un principio de acuerdo, al comprometerse la delegación de Educación a cubrir de forma inmediata las necesidades del profesorado y a estudiar con representantes de los padres la planificación educativa de la zona de Campanillas. Sin embargo, en la asamblea que los padres celebraron el martes se rechazaron las propuestas de la Administración y se acordó suspender temporalmente las movilizaciones, pero sin que sus hijos regresen al colegio.

Ayer por la mañana los servicios operativos municipales cortaron las cadenas puestas por los padres hace 10 días, cuando acordaron impedir la apertura del colegio una vez conocido que la delegación de Educación respaldaba el derecho de los 14 niños de asistir a este centro. Los profesores se incorporaron a sus clases, aunque éstas permanecieron vacías.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En